Un lienzo de Lasso Pérez atesorado por los Cano Lasso

Óscar Martínez Pérez
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Un lienzo de Lasso Pérez atesorado por los Cano Lasso

Hasta hace poco tiempo no se había profundizado todo lo que nos hubiese gustado sobre la figura del Teniente General Lasso y Pérez y de su numerosa y prestigiosa saga familiar. En los últimos tiempos, de la mano de las cartas y otros papeles del propio militar, de su cuñado y de los hermanos Lasso, que el fotógrafo conquense José Antonio Panadero rescató de un contenedor, hemos podido seguir indagando en la figura del ilustre militar valverdeño (cuya casa natal es hoy estudio de pintura del polifacético pintor Plácido Caro Pistón) y de su extensa e importante saga familiar, que se ha significado en las artes, la arquitectura, las armas, la abogacía, etc.

Entre los todavía varios interrogantes sobre la larga e intensísima vida civil y militar de Lasso Pérez, nos faltaba dar con el famoso retrato al óleo que del militar conquense, por lógica, tenía que existir, al ser uno de los militares españoles más destacados del turbulento y belicoso siglo XIX español.

Meses atrás y después de mantener una interesante charla en la cafetería de la Facultad de Bellas Artes de Cuenca con J.A. Panadero y Carlos Guaita (descendiente de esta saga familiar) salió el tema de un cuadro que de niño Carlos había conocido en la casa donde pasaba los veraneos. Con esta conversación constatamos la existencia de un cuadro con la efigie de José Lasso Pérez, que, de nuevo, volvía a salir en otra charla amigable, esta vez con Carlos Huélamo, un coleccionista de libros y arte, natural de Palomares del Campo, que enseguida recordó la finca de los Llanos que los descendientes del ilustre militar poseen en el término de Zafra de Záncara y en la que se encuentra colgado en un hermoso y elegante salón de la casa de campo construida en la finca.

Por cierto, el suntuoso caserío edificado en la finca de labor de Los  Llanos fue obra nada más y nada menos que del magistral arquitecto Cano Lasso (uno de sus primeros trabajos junto a una casa-estudio en las afueras de Madrid), miembro destacado de esta saga familiar que pese al paso de los años y de los avatares vitales han sabido mantener el legado y la memoria de Lasso Pérez. El caserío de Los Llanos se construyó en 1958 con claros aires mediterráneos aunando tradición y modernidad en la obra y en perfecta armonía con el paisaje de La Mancha conquense. La finca agrícola la había comprado en sus orígenes el Teniente General Lasso en 1879 a Lucas Aguirre, que previamente la adquirió aprovechando la desamortización sobre estas tierras conquenses.

Obra de Alejandro Irureta. La casa principal de este armónico y encalado caserío posee un elegante salón con vistas a la campiña del Záncara, en cuya pared principal cuelga el óleo con el retrato de cuerpo entero del Teniente General Lasso y Pérez. La obra pictórica está fechada en 1881 en San Sebastián y está firmada por A. Irureta. Este pintor vascongado –precisamente este mismo año en que pinto el óleo ganó una tercera medalla en la Exposición Nacional– fue discípulo de Madrazo y Villegas y profesor de la Escuela de Artes y Oficios de San Sebastián, destacando por sus retratos y paisajes llenos de realismo. 

En el cuadro que atesora la familia Cano Lasso, Irureta plasmó una pintura de gran corrección, muy humanizada y con el empaque que le confiere la figura aguerrida del ilustre militar. Destaca sobre la guerrera militar las cruces rojas y blancas del mérito militar, además de otras, San Hermenegildo y San Fernando…, además de las conseguidas por  méritos de guerra en Méjico, Cuba, Puerto Rico, Filipinas y España.

La matriarca de la familia Cano Lasso, Consuelo Cano-Lasso Pintos ha sabido proteger y trasmitir gran parte del legado del ilustre militar valverdeño y de su padre, el genial arquitecto Julio Cano Lasso tan vinculado arquitectónicamente en ocasiones a Cuenca. Su perseverancia y conocimiento familiar constituye una oportunidad para conocer y reconocer la trayectoria de uno de los grandes militares conquenses. La calle que en su día llevó su nombre ya no se llama así (hoy es calle de San Juan), por lo que no estaría de más que los conquenses recordásemos con una placa o azulejo la calle vinculada al nombre de un patriota y militar conquense que guerreó a lo largo y ancho de la geografía española y ultramarina.

La imagen del cuadro que acompaña este artículo, con la rotunda efigie del militar conquense, está acompañada por parte de los Cano Lasso: Consuelo Cano-Lasso y su hijas María y Teresa Luque Cano-Lasso, y los niños Pablo y Teresa Luque Cano-Lasso.