Galicia puede ser el tropiezo insalvable para un Pedro Sánchez que ha sobrevivido a situaciones límite que solo él es capaz de superar
Las elecciones del día 18 se presentan complicadas para los socialistas, pero Sánchez, que ya solo aspira a un gobierno con el BNG, ha asumido no solo el tercer puesto en esas elecciones sino que va a perder votos y escaños respecto a las anteriores, que ya fueron desastrosas. Sin embargo, con su insuperable capacidad de recuperación, Sánchez ya ha puesto en marcha su particular maquinaria de salvación.
Desde hace días, ha emprendido la estrategia tan española de que la mejor defensa es un buen ataque. Impertérrito ante el escenario que le auguran los sondeos, y que consideran probable importantes socialistas que conocen la situación del PSOE actual - sobre todo del PSOE gallego porque es en Galicia donde se celebran las elecciones-, el presidente de gobierno ha dado el escopetazo de salida para una de esas campañas diabólicas en las que es experto: si Alfonso Rueda no consigue mantenerse en la presidencia de la Xunta, Feijóo está obligado a dimitir de la presidencia del PP y buscar un nuevo o nueva líder para su partido.
Es evidente que Feijóo se juega mucho el próximo domingo, pero más todavía se la juega Pedro Sánchez. Porque el resultado de Besteiro está directamente relacionado con el nivel de rechazo que hoy sufre Sánchez en toda España, porque Besteiro es el candidato elegido por Sánchez en un socialismo gallego muy dividido desde hace años, y porque en Galicia y en toda España la izquierda y el centro derecha votan con la mirada puesta en los intentos de Sánchez de perpetuarse en el poder cediendo a todo lo que exige Carles Puigdemont. Incluyendo una amnistía gran parte de expertos, jueces y fiscales consideran inconstitucional. Y que el propio Parlamento Europeo ha rechazado mayoritariamente.
Sánchez confía en el poderío del Bloque, en alza, y se guarda de dar mucho aire a algunas de las medidas que recoge en su programa electoral, como la inmersión total del gallego en el ámbito educativo, retirada de la Guardia Civil y referéndum secesionista. El eje de sus discursos en los mítines gallegos los centra en el ultraderechismo de Feijóo, una versión de los contactos del PP con Junts que el PP se ha visto obligado a rebatir, y poner el acento en que, si el PP pierde el gobierno, no hay más salida honrosa para Feijóo que presentar su dimisión como presidente del PP. De lo suyo, en cambio, ni una palabra. De su situación futura si el PSdeG vuelve a perder escaños, ni una palabra. De cómo el rechazo a su persona castiga a los candidatos socialistas, ni una palabra.
Galicia es hoy la china en el zapato de Sánchez, pero actúa como si no la tuviera. Sin embargo debe saber ya que hay espadas socialistas en alto a la espera del resultado del 18-F.