Si antes de que echara a rodar la campaña electoral le llegan a decir a los socialistas que Extremadura corría peligro de perderse, posiblemente, no le habrían creído, pero lo cierto es que ayer fue más que sintomático que los líderes de los dos principales partidos, Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo se batieran el cobre en la comunidad que ha sido, tradicionalmente, feudo del PSOE.
Solo hubo una pequeña mancha, y fue en la VIII Legislatura. Contra todo pronóstico, un desconocido José Antonio Monago se impuso por dos escaños a Guillermo Fernández Vara, que confiaba ciegamente en los tres de IU, pero su entonces líder, Pedro Escobar, provocó todo un cisma y dio el poder al conservador. Ahora las cosas han cambiado y la muletilla de Podemos puede incluso desaparecer, como Ciudadanos, irrumpiendo con fuerza Vox. Por eso mismo acudió ayer al rescate el presidente, en la recta final de la campaña.
El secretario general del bloque progresista arropó al que lleva 12 años al frente de los extremeños en Badajoz, donde amenazaba lluvia, por lo que no pudieron realizar el acto al aire libre y tuvieron que cambiar la cita a un auditorio.
El conservador arropa a su ‘número uno’ en la región, María Guardiola. - Foto: (EFE)Allí aprovechó el presidente para arremeter contra el líder popular en un tema recurrente en esta campaña: Doñana. «Es un paraíso que nos ha bendecido la Naturaleza. Los científicos nos avisan del peligro que corre si se perpetra el atropello por parte de la Junta de Andalucía. Es un patrimonio de Andalucía, de España, de Europa... La derecha debe reconocer el error».
Con ganas
Mientras, a 90 kilómetros de allí, en Cáceres, el protagonista era Alberto Núñez Feijóo, que optó congregar a sus simpatizantes en el pabellón Juan Serrano, con capacidad para 2.400 espectadores. Su candidata regional, María Guardiola (adversaria de Monago, que se retiró de la política recientemente), y municipal, Rafael Mateos, le esperaban.
El líder de los populares llegó con ganas y los ánimos por las nubes tras el lleno total del pasado fin de semana en Valencia que le auguran unos buenos resultados. «Hay que votar al PP sin buscar atajos para poder pasar página del sanchismo», señaló el gallego en su intervención para, a renglón seguido, señalar que su rival «está muy nervioso y se le nota». Además, acusó al jefe del Ejecutivo de haber hecho de la «mentira» una «necesidad», avisando que cuando hay un Gobierno que «miente», «automáticamente pierde la legitimidad para ser el Gobierno de todos».
A su juicio, el progresista defiende un modelo de Gobierno que «fomenta la división» entre los ciudadanos españoles, ente los partidos y también entre las administraciones. Por el contrario, el de su partido se basa en «la cooperación, la unión y la palabra». «Yo quiero superar el enfrentamiento, la política de bloques y trabajar juntos en esta gran nación que se llama España», proclamó el líder de la oposición, que cosechó grandes aplausos de un público entregado.