Así se consiguen los ascensos. Con goles milagrosos a falta de solo segundos para el pitido final. Hasta la suerte tiene que ser una aliada en los triunfos del campeón... y vaya que si lo fue. En la última jugada del partido y con toda una segunda parte en superioridad numérica, el Conquense amarró tres puntos fundamentales para el sueño del ascenso directo. Hay que seguir peleando, pero el golpe en la mesa es importantísimo.
Los primeros 20 minutos de juego se marcharon por el camino de la indiferencia, más allá de una ocasión tempranera sin demasiado eco de Javi Heranz. Fue entonces, en el ecuador de la primera mitad, cuando dos disparos fortísimos y en dos jugadas consecutivas, uno de Antonio Fernández y otro de Coba, espolearon a los locales. Ambos zurriagazos se marcharon por muy poco y evidenciaban que en ese momento la balanza del juego, la posesión del esférico y las ocasiones, aunque pocas, tenían color blanquinegro.
Un dominio que, eso sí, no pasó de solo eso porque la preocupación de ambos equipos por no conceder ni la más mínima oportunidad al rival por un error propio condicionó en exceso la puesta en escena. Demasiadas cautelas y precauciones, priorizando que lo fundamental por encima de cualquier otra cosa era dejar la portería a cero.
¡Menudo subidón! - Foto: Alfonso FernándezEl guión del choque cambió a los pocos minutos de la reanudación, cuando Theo vio la segunda amarilla y dejó a los toledanos en inferioridad numérica con 40 minutos todavía por jugar. La Balompédica subió un punto las revoluciones y empujó a la escuadra verdiblanca a su portería. Empezaron entonces a sucederse las oportunidades, como un cabezazo de Luca que se marchó lamiendo el palo al saque de un córner. Olió sangre Rober Gutiérrez y para ganar mordiente dio entrada a Jairo Cárcaba por Javi Heranz, al tiempo que Pablo Olivares animaba a la grada a venirse arriba.
Sobrepasado el 60, Marco Recuenco se tuvo que marchar lesionado y en su lugar entró Héctor Rubio.
También la tuvo Antonio Fernández, tras un buen desmarque, pero un salvador Yelco Ramos salvó al Toledo. El que condenó todavía un poco más a su equipo fue Gabri, que se pasó de frenada incomprensiblemente y zancadilleó de forma brusca y desmedida a Raúl Bernabéu cuando éste ya tenía el balón en las manos. El Conquense afrontaba 20 minutos contra nueve jugadores.
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Quemó naves Rober y dio entrada a Perujo, Iván Rubio y José Vega por Etxebe, Sergio Rodríguez y Adriá Parera. La Balompédica se volcó contra la portería rival y lo intentó pero sin claridad ni terminar de encontrar nada positivo. Demasiada posesión estéril en tres cuartos, pocas ideas y poca profundidad. Sin embargo, por lo civil o por lo criminal... o por lo celestial, ahora que se acerca la Semana Santa, al filo del precipicio y en un balón en el área que parecía irse a la nada, Yuya metió la bota para hacer el 1-0 y dar un golpe en la mesa vital.