Toca evaluar daños y recomponerse de las heridas. Rubén Martínez, CEO de Grupo Avícola Rujamar, dentro del «duro golpe» que ha supuesto el incendio que redujo a cenizas buena parte de las instalaciones que esta compañía tiene en San Lorenzo de la Parrilla, además de acabar con unas 600.000 gallinas, está «algo más recompuesto» después del incidente, saca fuerzas de flaqueza y tiene ganas de «seguir luchando y mirar hacia adelante, como no puede ser de otra manera». 

De hecho, contempla el horizonte con el ánimo de continuar «lo antes posible» con la actividad previa al incendio. No en vano, Martínez manda un mensaje de tranquilidad al asegurar que la cadena de suministro está garantizada, aunque eso sí, «la producción se verá reducida en medio millón de huevos al día, aproximadamente».

En lo que se refiere a las causas del fuego, el máximo responsable de Rujamar es tajante al afirmar que no se pueden conocer todavía, y que no se sabrán con exactitud hasta que los peritos terminen su investigación, que sólo se producirá una vez que las tareas de refrigeración de la infraestructura hayan terminado. Eso sí, Martínez señala que el fuego se visualizó por primera vez en una planta donde hay muchos cuadros eléctricos al estar todo automatizado.

La última hora –recogida durante la tarde-noche de ayer–, es que dos bomberos permanecen controlando los puntos calientes que todavía quedan del incendio, después de que un grupo de cinco efectivos pasara toda la noche del miércoles trabajando en la zona tras controlar el incendio durante la tarde. Según informó a esta redacción el Servicio de Emergencias 112 de la región, «la extinción era favorable».