«El traslado del hospital es lo más apasionante de mi vida»

José Luis Enríquez
-

El próxima apertura del nuevo Hospital Universitario es el mayor reto que afronta el gerente del Área Integrada de Cuenca, una 'operación' que coincide con los 60 años que cumple el Hospital Virgen de la Luz, santo y seña de la sanidad conquense.

José Antonio Ballesteros, gerente del Área Integrada de Cuenca, en la entrada principal del Hospital Virgen de la Luz - Foto: Reyes Martínez

La sanidad conquense está a punto de vivir uno de sus momentos más cruciales de los últimos años. La apertura del nuevo Hospital Universitario de Cuenca coincide con la celebración de los 60 años del Virgen de la Luz, un centro que muchos conquenses aún denominan 'La Residencia'. José Antonio Ballesteros Cavero, gerente del Área Integrada de Cuenca, es el encargado de pilotar el traslado a las nuevas instalaciones de un moderno complejo hospitalario que ofrecerá más prestaciones y servicios. Antes del traslado, que Ballesteros define como «el momento más crítico», es un buen momento para profundizar en lo que ha significado el Hospital Virgen de la Luz.

¿Qué supone para la sociedad conquense el Virgen de la Luz?

Es lo que queremos reflejar en el 60 aniversario. Teníamos la sensación de que hay una buena parte de la sociedad conquense que valora mucho lo que ha supuesto la que empezó siendo ' La Residencia'. A ese grupo hay que explicarle poco lo que ha supuesto este hospital en estos 60 años, pero hay otro grupo social que, para bien, no lo ha pisado porque ha gozado de buena salud y no sabe lo que se cuece en un hospital de esta envergadura. Queremos hacer un ejercicio, no introspectivo, de hacer copartícipe a la sociedad conquense de lo bueno y lo mucho que ha supuesto este hospital. Hoy se ha convertido en uno de los mejores hospitales de España con una valoración y un prestigio importante dentro de los hospitales de su nivel. Todo eso lo ha hecho el empuje del Gobierno regional, antes el Insalud, y posteriormente con el empuje de toda la cantidad de profesionales del ámbito médico, de los que la inmensa mayoría no son conquenses, que han pasado por aquí y han contribuido a generar la riqueza social en una ciudad como Cuenca.

¿Y para usted, personalmente?

Es un momento muy emotivo. Uno trabaja aquí con las sensaciones a flor de piel porque todo lo que soy sanitariamente, lo soy a costa de lo que se ha cocido conmigo aquí. Yo soy residente, precisamente acabamos de terminar la 26 jornada con los residentes que acaban de terminar la especialidad, y en ese acto recordaba en ese acto el que fue el mío hace 22 años. ¡Cómo pasa el tiempo! Fui residente, después he trabajado como asistencial, tengo mi plaza en el servicio de Urgencias del Hospital Virgen de la Luz. Hoy uno está en gestión sanitaria y mañana volverá a asistencia sanitaria. Además, por circunstancias de la vida he ido ocupando diversos puestos de gestión, tanto en el hospital como en el área sanitaria, trabajando en la Atención Primaria. 

¿Cómo ha cambiado la cartera de servicios del hospital? Imagino que no tiene nada que ver con la del primer día...

Sin la más mínima duda. La evolución, para bien, es brutal. Es verdad que la evolución es de todo el Sistema Nacional de Salud, que siempre me gusta recalcar que es la joya que tenemos en España. Es la principal fuente de cohesión social de este país. Un sistema sanitario donde sólo te piden la tarjeta sanitaria, no te piden la tarjeta bancaria, y se trata de igual manera a todo el mundo. Hace que profesionales que se forman en La Paz de Madrid, en La fe de Valencia o en el Miguel Servet de Zaragoza, por ejemplo, terminen trabajando aquí y, por tanto aportando su conocimiento en sitios como Cuenca, Teruel, Soria, Ávila, entre otros. Y al revés también. Esto es algo muy importante que contribuye de manera espectacular a la evolución que está teniendo la sanidad. El sistema de formación MIR y todos los demás son algo fundamental, que lo trajo la Ley General de Sanidad, la mejor ley sanitaria que ha habido en toda la historia del servicio público de salud.

¿Qué lugar ocupa el Virgen de la Luz en el escalafón de centros públicos sanitarios en España?
Hay diferentes rankings. Uno muy completo y que se dio a conocer hace menos de un año es el del Monitor de Reputación Sanitaria, donde se evalúan muchos indicadores asistenciales, pero también el prestigio dentro de la profesión. El Virgen de la Luz es considerado en los últimos años, algo verdaderamente importante, como uno de los cien mejores hospitales del Sistema Nacional de Salud. Este año batió todo los récords y se situó en el puesto 45 del monitor, en el que se valoran más de 800 hospitales en España, tanto públicos como privados. Me atrevería a decir que se ha consolidado entre los cien primeros. Es algo muy importante que tiene que valorar la sociedad conquense porque es tratada en uno de los mejores hospitales.

Una manera de darlo a conocer más es con los actos por el 60 aniversario. ¿Puede hacer un resumen?
Queríamos implicar a la sociedad en el 60 aniversario y, sin empezar aún, me atrevería a decir que lo hemos conseguido. En cada una de las quince salas de alta tecnología sanitaria del nuevo hospital habrá vinilos que, de alguna manera, las humanizan. Pedimos la ayuda de todas las asociaciones de pacientes para hacer un concurso fotográfico y son 1.525 fotografías las que tenemos. Es uno de los bancos fotográficos más importantes del área sanitaria de la provincia. Las asociaciones han seleccionado quince, que van a ser expuestas dentro de los actos del 60 aniversario en la sala Iberia a partir del 3 de octubre. 
Además, hay un concurso de dibujos en colegios e institutos, cuya expectación está siendo muy alta, con la colaboración de la Delegación de Educación. Se expondrán también en la sala Iberia y de ahí se seleccionarán tres, que adornarán el servicio de pediatría del nuevo hospital. El 18 de octubre se celebrará un concierto en Teatro Auditorio con la Joven Orquesta de Cuenca y la Orquesta Athanor, de Rivas Vaciamadrid. Al día siguiente, 19 de octubre, se celebrará una caminata aprovechando los actos de los 7.000 pasos, que coordina la Consejería de Sanidad para promocionar hábitos de vida saludables. Estos 7.000 pasos van a unir simbólicamente el Virgen de la Luz con el nuevo y terminarán con un gran abrazo.
Además, haremos más actos, algunos muy dirigidos a los profesionales. Pretendemos unir a los profesionales sanitarios que están a punto de terminar su formación con profesionales que acaban de jubilarse.

El año pasado se realizaron 8.000 intervenciones quirúrgicas. ¿Se mantendrá este ritmo?
La idea no es mantenerlo, es elevarlo. Y así será porque la cartera de servicios que se ofrece a los ciudadanos en el ámbito hospitalario crece y crece. Está significando más poder de resolución en el Área Sanitaria de Cuenca sin tener que desplazar los ciudadanos a otras. Y el ámbito quirúrgico, sin duda. 
Desde el inicio de la pandemia, cuando ya se esbozaba cómo poder crecer, hasta hoy, en servicios como cirugía general se está haciendo cirugía de obesidad mórbida a todos los ciudadanos que de una manera clara lo precisan. Son intervenciones que requieren de una cualificación altísima. En cirugía del tiroides, por ejemplo se están haciendo tiroidectomías completas, que son de complejas. El servicio de traumatología está asumiendo actividad sobre la espina dorsal, de tal manera que intervenciones sobre hernias discales dorsales y lumbares se están haciendo con rutina. Antes de la pandemia no se hacían. La cirugía de la columna vertebral cervical es la que nos queda por asumir. Oftalmología también está asumiendo desprendimiento de retina o intervenciones de glaucoma. Es decir, tenemos previsto seguir con lo que estamos haciendo y, cualitativamente, crecer en intervenciones quirúrgicas.

¿Todo eso contribuye a la reducción de las listas de espera?

El mundo de las listas de espera es complejo y difícil de explicar. Si absorbes más capacidad resolutiva, indudablemente das por hecho que empiezan a entrar pacientes. Por tanto, desde ese punto de vista asumes que tu lista de espera va a empeorar. Tienes que ganar más poder resolutivo. Aquí tenemos diez quirófanos y en el nuevo hospital habrá 16, por tanto la capacidad de resolución es sólo en este ámbito más importante que la de ahora. Estamos encantados de que vengan todos los ciudadanos que quieran venir a operarse y ahora mismo más de 180 pacientes del sur de la provincia de Cuenca, un día, sin tenerlo de referencia, eligieron venir a las consultas del Virgen de la Luz. Tras ser vistos, las pruebas diagnósticas se han hecho aquí y, finalmente, si han requerido intervención, están en las listas de espera y se están interviniendo. Ojalá fueran más de 180 porque Cuenca quiere crecer y ofrece una capacidad resolutiva muy buena.

¿Es casual el aniversario con el inicio del traslado al nuevo hospital?

Parece que hemos querido que coincida con el 60 aniversario. Lo que hemos conseguido es que se cierre el Virgen de la Luz de la manera más digna posible porque son muchos los profesionales que se han dejado aquí lo mejor de su vida. Si pretendemos cerrar dignamente, sin un portazo, lo que hemos querido es que coincidiese. El relevo al nuevo hospital no puede nacer de mejor manera. 
Son casi 150 los residentes que hoy se están formando en área sanitaria. Es algo muy a tener en cuenta, que viene del prestigio que tiene Cuenca para que muchos futuros profesionales que hacen sus exámenes en Madrid o en otro sitio elijan Cuenca para formarse, y de la capacidad económica del Gobierno regional, que tiene la misiva de potenciar la formación en toda Castilla-La Mancha. El prestigio llega a que toda la oferta de formación de profesionales se ha cubierto en Cuenca. Es algo que no ha sucedido en toda España. Son futuros profesionales que saben que vienen a un área en el que va a haber un cambio a un nuevo hospital, algo que no sucederá en España en los próximos cuatro años.

¿Cuándo se inaugura el hospital?
La inauguración estaba prevista hacia el mes de abril, y sigue en pie. Pero no hay una fecha concreta porque ahora mismo es imposible. Estamos en plena fase de terminar obras tan espectaculares como las de la cocina, que al final va a costar más de un millón y medio de euros, no sólo en aparataje sino en la obra. O la central de esterilización, con un montante muy parecido. Hay adjudicaciones de aparataje que todavía se están ejecutando, como toda la robotización del servicio de farmacia y que suman entre el carrusel y la robotización de pacientes externos casi otro millón y medio de euros. 
Estamos en marcha con toda la maquinaria de alta tecnología y terminando las obras. Una de las últimas es la de oncología radioterápica, una decisión acertadísima del Gobierno regional de internalizar la radioterapia en los hospitales de capitales de provincia que conllevó una de las últimas modificaciones del plan funcional. Ese plan nació en 2009, se mimó hasta el exceso y se ha cuidado para no tocarlo. De allí bebe el proyecto arquitectónico y de ahí se ha desarrollado toda la obra. Los circuitos asistenciales están perfectamente definidos como en casi ningún otro de los que conozco.

El plan funcional es de 2009 y estamos en 2014. ¿Ha habido que modificarlo?
Empezó muy bien porque se contó con los profesionales que coordinaban y dirigían los servicios y unidades del hospital. Tuvo muy en cuenta hacia adónde se encaminaba. En 2016 se realizó una modificación muy importante al proyecto, acoplando avances como el helipuerto, justo encima del área quirúrgica y del área de urgencias. Es espectacular y va a permitir que los pacientes que tengan que desplazarse desde Cuenca o a Cuenca ganen tiempo y evitar la 'excursión' que tendrían que hacer si se hubiera hecho enfrente, como estaba previsto en 2009. Ahora, a golpe de ascensor van a ir directamente a la salas de reanimación de urgencias, a tiro de piedra de la UCI y pasando por delante del área quirúrgica. Además, esta modificación del plan contempla una sala específica de cardiología intervencionista, de hemodinámica, que está asentada desde 2019 y que tiene que seguir creciendo en prestaciones. También hay un servicio de medicina nuclear con una cartera completa, con un PET TAC espectacular. Años después, por la donación de la Fundación Amancio Ortega a Castilla-La Mancha se pudo introducir la oncología radioterápica.

¿Cuál es la mayor dificultad a la hora de poner en marcha el nuevo hospital y efectuar el traslado?

El momento crítico en todo el periodo de nacimiento del nuevo hospital es el traslado. Estamos poniendo muchos focos en el traslado, no sólo el equipo directivo, sino una buena parte de profesionales que hemos ido seleccionando están trabajando y pensando en el traslado, cogiendo experiencia de éxitos y de fracaso en el panorama nacional y en la historia del Sistema Nacional de Salud. Ahora se están terminando las dos auditorías que tiene que llevar toda la instalación. En esos 70.000 metros cuadrados hay que revisar toda la instalación y que esté en perfecto estado para contar con todos los permisos. Una vez terminado, empezaremos con la dotación del mobiliario no clínico. Está todo preparado para que cuando nos entreguen las llaves en las próximas semanas podamos entrar a dotarlo y a estructurar de una manera más fina el traslado. El traslado tiene que durar poco tiempo y empezará por el área ambulatoria.

Imagino que todo esto le quitará el sueño, pero afrontar un reto así supone un estímulo, ¿no?

Estoy empapándome y metido hasta los huesos en el proyecto más apasionante de mi vida. Estoy completamente seguro de que me falte lo que me falte por vivir nada lo mejorará. Estoy trabajando junto a un equipo de profesionales que están muy implicados. Todo el mundo está encantado de participar en el proyecto más ilusionante que a uno se le puede encargar en la vida. Estaré eternamente agradecido a quien me lo propuso, al Gobierno regional, empezando por el presidente, el vicepresidente, el consejero de Sanidad, entre otros, por participar o coordinar la puesta en marcha de este hospital en que trabajamos desde 2009. Ahora en pleno proyecto de cambio y de traslado, entiendo que desde el punto de vista sanitario no puede haber nada más ilusionante.

Lleva poco más de un año al frente del Área Integrada de Cuenca. ¿Qué balance hace?

Extraordinario. Esto es una gerencia complejísimo. Hay 32 equipo de atención primaria, 32 centros de salud, en un área sanitaria tan amplia como éste. Estamos trabajando mucho y nos estamos dejando la piel. El balance no puede ser más positivo. Tenemos un proyecto para Atención Primaria precioso que estamos desarrollando con dificultades porque es una provincia que triplica su población en verano, momento en el que los profesionales quieren cogerse sus vacaciones y en determinadas categorías profesionales escasean, como en toda España, los sustitutos. Pero la realidad es que se está saliendo bien, estamos avanzando mucho tanto en el área clínica, como en la docencia, la formación y la investigación. 

¿Los conquenses pueden estar orgullosos de la sanidad pública?

Los conquenses tienen que estar orgullosos de la sanidad. Indudablemente en el volumen de actividad diario no todos pueden estar contentos. Hay 4.400 ciudadanos esperan algo en el mundo hospitalario. No estarán satisfechos con estar esperando. Nosotros, tampoco. Estamos trabajando por seguir reduciendo las listas de espera, por seguir incrementando la cartera de servicios. Hace un año esperaban 5.800 ciudadanos algo, y hoy son 4.400. Le garantizo que estamos en vía de seguir reduciendo las listas de espera, con un trabajo ímprobo de todos los profesionales.