La inminente celebración del día de la mujer no puede por menos de evocar el homenaje que le rindió Barcarola, hace unos meses con un ejemplar único, titulado Collages. 101 Mujeres, que hizo época. Buena prueba de ello la tenemos en el hecho de su rápida desaparición, hasta el punto de plantearnos una próxima reimpresión.
Aquel singular número, del que tan ufanos nos sentimos, fue obra de los diseñadores de la Revista, los hermanos Damián y Guillermo García Jiménez, que, después de consagrar los mejores años de su vida a Barcarola, recién jubilados, en plena pandemia, cumplido ya el ansiado objetivo de alcanzar el número cien, embargados por la melancolía, y una tanto obsesionados por el rostro de Lina Cavalieri, se adelantaron a su tiempo, rompiendo moldes y abriendo nuevos senderos en la concepción del arte, ya heteróclito de por sí. Los profesores y críticos de arte Luis Mayo y Raquel Monje, en un extenso y acertado estudio, incluido al final del ejemplar, bajo el título "Los collages García Jiménez, un retrato generacional que une arte y diseño, decían al respecto: "Collages es una obra preciosa, primero porque recorre todo el camino de Barcarola, a la que le presta una imagen que se ha hecho célebre en toda España, pero también destacaríamos que en dichos collages se retratan ellos y también la generación que les acompaña. Nos parece que tiene el mérito de ser una obra generacional, nos vemos reflejados".
Y ninguna recompensa ni reconocimiento más aptos que el que las propias mujeres albaceteñas prodigaron a tan singular obra la tarde de su presentación en un acto multitudinario celebrado en el Museo municipal, presentado por Raquel Cortijo, con música en directo del grupo Swinging Cats Club Band, y en el que no podían faltar la visión de la mujer desde distintos puntos de vista, con las intervenciones de Cira García Domínguez, a la sazón magistrada del Juzgado de la mujer número uno de Albacete; Aurora Galán Carretero, decana de la Facultad de Relaciones Laborales y Recursos Humanos; Carmen Oliver Jaquero, abogada en ejercicio y exalcaldesa de tan grato recuerdo; Amparo Cuenca García, bibliotecaria; Llanos Moreno, jefa de redacción de Barcarola, y Luis Mayo, profesor del Departamento de Escultura y Formación Artística de la Facultad de Bellas Artes de la Complutense.
Un acto entrañable e inolvidable para quienes tuvimos la suerte de participar en él, mujeres y hombres confraternizando en torno al arte y la literatura, la poesía y el collage. Y, en medio, Damián y Guillermo, hallando el reconocimiento que la sociedad de nuestra ciudad les debía por sus afanes y trabajos como alma del Museo Municipal desde su creación, paralela a su crecimiento como artistas. Y es que, como muy bien escribe la catalana Carmé Figuerola: "El mérito de los García Jiménez no se limita a ese centenar de ricas evocaciones arraigadas a nuestra cultura inmediata; su técnica refleja la huella de las vanguardias europeas, recreada con originalidad y con un diseño con el que el espectador/lector ingresa en el universo artístico. En esa senda cabe interpretar el diálogo de los distintos componentes semióticos que componen cada uno de los collages".
Viene todo esto a colación por la actitud ejemplarizante de Barcarola, en su afán de innovar y jamás dormirse en los laureles; una forma de retomar impulso en determinadas coyunturas; un modo asimismo de marcar un camino, por medio del arte, en la confraternización mujer/hombre, hombre/mujer. Frente a los viejos postulados del Arte por el Arte, en estos difíciles tiempos que corren, más nos valdría conjugar la Estética con el Compromiso y la Ejemplaridad. Tal es el mérito de Barcarola en el camino reiniciado tras la dura prueba de la pandemia que tantas ilusiones se tragó. Lo último que fenecerá en el Universo es el Arte y la Palabra.