Jesús Fuentes

ÁNGULOS INVERTIDOS

Jesús Fuentes


Toros

17/05/2024

El ministro de Cultura suprime un premio a la tauromaquia –tal vez un gesto inútil - y la ultraderecha y la derecha lo interpretan como un atentado contra la libertad y la cultura. La derecha española tradicionalmente ha tenido una curiosa lectura de la libertad. Libertad – que nadie ha suprimido - para asistir a corridas de toros, libertad para tomar cañas, para contaminar las ciudades, para conducir borracho, para destinar el dinero público a beneficios privados, etc. En cuanto a la cultura, donde hay tortura no puede haber Cultura. La Cultura sublima la belleza, ensalza la estética universal, la sensibilidad fina no la bazofia localista, promueve valores, entre los que no se  encuentran ni la tortura ni ningún tipo de sufrimiento. Las corridas de toros serán otra cosa, llámaselas como se quiera, tradición, costumbre, inercia de siglos, ritual, pero resulta imposible que por la repetición sin límites del vocablo «cultura» se convierta en Cultura.
Un toro es un mamífero. Dispone de un sistema nervioso semejante al de otros mamíferos. Experimentará dolores si se les causa dolor  o sensaciones agradables  si existe ausencia de dolor. Un ser sensitivo, en consecuencia. Un ser sufriente, si se le agrede. Se asustará cuando salga a la plaza, lugar  con un ruido ensordecedor que el diseño arquitectónico del coso amplifica. Desorientado, se dirige donde le citan y allí se encuentra con un caballo del que sale una puya que  le destroza los nervios o le hace chorrear sangre. Cuando huye de este dolor, otro le cita y se encuentra con una nueva puya. Por si fuera insuficiente castigo, (¿por qué se le castiga?) unos tipos le asaltan con  unas banderillas como arpones que le desgarran la piel en cada movimiento que realiza. Enrabietado o desfallecido, lo marean y lo marean hasta que por fin, con suerte, le parten el corazón a la primera. Como en el matadero, lo rematarán con el descabello, con suerte también a la primera. Un último mugido será el testigo sonoro del final de un sufrimiento inútil. Se podrá ser de izquierdas o de derechas, pero este embrollo será ideología, más o menos extrema,  estrategias políticas, negocios de grandes fincas,  beneficios de unos cuantos,  tradiciones bárbaras o  espectáculo sangriento. Pueden ser materiales que usan la literatura, la pintura o la escultura, pero no serán cultura, digo, Cultura.