José Manuel Patón

LA PLUMA CONTRA LA ESPADA

José Manuel Patón


La piña de Mercadona

04/09/2024

¡El notición! Después de todas las refriegas políticas del momento, que si Sánchez sí, que si Sánchez no. que si vienen los inmigrantes ilegales, que si los queremos devolver en patera o en avión, que si necesitamos más inmigrantes. Que si los catalanes se van a forrar con el nuevo acuerdo, que si el Consejo del Poder Judicial … hacía mucho tiempo que no flotaba en el aire una noticia como la de las piñas de Mercadona. No sabemos a ciencia cierta si hay que poner la peluca para arriba o para abajo, si se lleva en la parte superior del carrito o encima del resto de las frutas, pero lo que sí sabemos es que si va uno, una o une a Mercadona y pone en el carro una piña de 19 a 20 horas, no va a comprar, va a ligar. Se acabó el Tinder, el Meetic, el Titit  o las demás plataformas de ligoteo por internet. Ya no vale que pongas una foto de antes el euro en Tinder, no se puede mentir con la estatura, o si tienes cara de gañán ni nada de eso. Ahora solo materia prima. Si tú empujas el carro, eres tú de cuerpo presente.
He ido a un Mercadona a esa hora, -sin piña claro-, y no había ni carritos. He tenido que esperar 6 o 7 minutos hasta que ha quedado uno libre, me he introducido en el recinto y he podido comprobar la veracidad del anuncio. Gente joven sobre todo, pero algún pirata también, y mucha, mucha señora con cara de divorciada a la que le delataba esa sonrisilla que llega hasta la comisura de los labios. Faltaba la música, pero creo que todo se andará.
No sé quién habrá inventado este sistema de ligue,  pero si ha sido un espontáneo le ha faltado imaginación para vender la idea a Mercadona, y si han sido los publicistas del Mercadona, -que se rumorea-, ni la coca-cola ha enviado al mundo un mensaje tan claro. No es subliminal, es directo puro. 
Los demás supermercados se han visto vacios a esas horas, y los proveedores de piña tropical se están forrando, porque a ver cómo se hace eso de coger una piña y volverla a dejar en la frutería sin ponerte colorado.
En los pueblos se está poniendo más difícil, porque ahí te puedes encontrar a tu vecina o vecino con cara de haba mirándote de reojo e intentando adivinar tus intenciones, y nadie te salva luego de ser la comidilla en el bar de la esquina: que si estaba fulano, que si estaba mengana, que como lo sabes, ¿estabas tú allí?
Lo malo es que te encuentres con tu novia o novio, con tu mujer, o con tu marido. La bronca tiene que ser morrocotuda, aunque visto desde el lado positivo parece que es un mensaje de aviso a navegantes. Algo falla en la cama para que el otro lo busque fuera.
No quiero dar ideas, pero si te vas al pueblo de al lado o a un Mercadona alejado de tu barrio conjurarás el peligro.
Ya hay varias anécdotas dignas de mención, desde la apabullante convocatoria de un Mercadona de Bilbao donde tuvo que intervenir la policía, hasta peleas en la puerta por lo de «yo la vi primero». Una travesuras como la letra de la canción que cantaba George Dann, «Mami que será lo que tiene ….», viene muy a cuento.
Y no te quiero contar como se enteren los turistas franceses y alemanes en Torremolinos.