En cualquier rincón de nuestra Cuenca Histórica, barrio abajo o barrio extramuros, como es el del Castillo, habitual entorno donde la casa de hortelano se ha convertido en excelentes aposentos de artistas, filántropos y restauradores de buena cocina y buen 'nocturneo', siempre hay momento para compartir, sentir la ciudad iluminada o entretener tu estómago con buenas viandas. A veces, desde el María Moreno al tradicional Caserío llegando hasta el Panorámico, uno puede cumplir sus expectativas más exigentes y sin duda, pasar una tarde de ocio y de placer gastronómico.
Pero me quiero detener en el restaurante El Torreón, incardinado entre los anteriores, por su acertada transformación estética y culinaria. Sin duda, su propietaria Carmen de la Hoz, heredera de reconocidos hosteleros de Tragacete, en la Sierra Alta conquense, junto a sus hijos, ha conseguido unir buen ambiente, actividad lúdica y buena cocina, utilizando si cabe, su especial sintonía y amabilidad con el cliente o visitante que hasta aquí llega.
Por eso, el pasado viernes, una mexicana como Alejandra Arvizu y su acompañante de la misma nacionalidad, quisieron compartir unos momentos musicales junto a José Luis Bermejo o Henar de la Sierra, para así dejar constancia de que no hay fronteras en este mundo globalizado y la voz de México se entrecruzó con el talento musical conquense, compartiendo unas ricas viandas de esa 'cocina de la abuela', tan tradicional y moderna a la vez, junto a un entrañable grupo de amigos para hacer patria y, sobre todo, amistad. El Torreón sirvió de marco, sus trabajadores fueron anfitriones y, desde luego, la singular Ale transformó el lugar para cantar a la 'Hoz del Huécar, sin olvidar que desde el Cerro de Socorro, su Corazón de Jesús dio la bendición.