El 1 de enero de 2008, a las 5,21 de la madrugada, nacía en el Hospital Virgen de la Luz Sandra, hija de Ramón y María Ángeles, 3.420 gramos de niña. El primer bebé del año. En febrero nos dejó Pedro Mercedes. Unos vienen, otros se van. En marzo hubo elecciones generales, que ganó el PP en la provincia y el PSOE en España. Dos diputados para los 'populares', uno para el PSOE, Luis Carlos Sahuquillo. La plaza de Mangana aprovechó la primavera para cambiar de cara y llegó el mes de abril con el inicio de unas obras que ya enseñaban el camino de los ascensores hasta Zapaterías.
En mayo, la ciudad tuvo otros dos hijos, en este caso adoptivos, otorgando esta condición al matrimonio Justo Yúfera y María Recuenco. Aún luce el nombre de su hijo en el pabellón universitario. Miro el calendario y de junio se me antoja destacar una noticia nacional, la del pase de Xavi, la picada de Torres y el gol en el Ernst Happel de Viena que abrió la puerta a los cuatro años más bonitos de contar de la Selección Española de Fútbol. Julio arrancó con Bob Dylan dando un concierto canónico en el que ni siquiera saludó al público. Los que fuimos, sólo le vimos la espalda. No se recaudaron, ni de lejos, los 400.000 euros de caché. Pero oye, un Premio Nobel pisó La Fuensanta.
El octavo mes del año no suele traer noticias más allá de los sucesos, y aquél agosto también Cuenca se encogió con el accidente del avión de Spanair. Pilar, vecina de Castejón, formaba parte del pasaje. Cuatro meses llevaba María Recuenco luciendo su pasaporte conquense tras ser nombrada Hija Adoptiva. En septiembre falleció. Octubre parecía un buen mes para empezar a debatir en el Congreso el Estatuto de Autonomía de Castilla-La Mancha, con 170 artículos y una disposición transitoria, la primera, que quería cargarse el trasvase. Bonita semilla para que hacer saltar por los aires el acuerdo dos años después.
José María Barreda y Marcelino Iglesias, como presidentes de Castilla-La Mancha y Aragón, se citaron en noviembre para debatir cómo afrontar la autovía Cuenca-Teruel. Y en diciembre nos dijeron que se derribaría el Mercado Municipal para cambiarlo por un recinto moderno, con la madera como eje.
Quince años después, hay cosas que no cambian. El mercado sin derribar, se sigue negociando un Estatuto y es más factible llegar a Teruel en el tren de la bruja que por autovía. Y Sahuquillo sigue en el Congreso... Mientras, la población de la capital conquense cae a niveles de 2008. Entre medias, llegó el AVE y creció la universidad, pero la ciudad camina de espaldas. Difícil cuando tus empresas más grandes son Ayuntamiento, Diputación y hospital; y tu sector más sólido, el de la hostelería que pone cafés a todos esos funcionarios.
Sandra pronto cumplirá 15 y andará ya pensando qué hacer con su futuro. Lejos de Cuenca, supongo.