La Semana Santa de Cuenca descorchó por todo lo alto. En una agradable mañana de Domingo de Ramos, la procesión del Hosanna recorrió las calles de la ciudad entre multitudes y palmas al viento.
La Semana de Pasión mueve precisamente eso, pasiones, entre los conquenses y los visitantes que han llenado en masa la ciudad en este primer fin de semana de la semana grande.
Jesús conquistó victorioso a lomos de la borriquilla la particular fortaleza conquense, acompañado en su desfile por Nuestra Señora de la Esperanza. Jornada de alegría, reencuentros y fervor... Esto ha comenzado. Por delante, nueve procesiones más si el tiempo lo permite. Esperemos que sí.