Con los atentados terroristas de Hamas y la respuesta de los israelíes en la franja de Gaza el mundo se ha dividido. Por un lado hay que ponerse en lugar de los israelíes, victimas siempre del terrorismo islámico, es decir, es islamismo radical que sigue con las consignas de expandir el islam y si se muere en el intento parece que se irán al paraíso. Por otro lado los palestinos y en general los musulmanes pacíficos que sufren en sus carnes el ataque y la defensa. Al final están las religiones vistas desde un ángulo extremo. El problema es que ni el judaísmo ni el islam tienen hoy ninguna autoridad que dulcifique o madure al tenor de los tiempos sus religiones. El cristianismo también ha cometido abusos, pero como cada equis años se cambian a los jefes, tiene la oportunidad de transformarse. Así tenemos un mundo occidental influenciado por el cristianismo donde se identifica fácilmente a los déspotas y a los genocidas, y aunque a veces nos ha costado mucho vencerlos, al final se ha conseguido desbancarlos. Y si no que se lo digan a Hitler o a Stalin. Pero en el resto del mundo sigue imperando el fanatismo. Y menos mal que las 3 religiones proceden del antiguo testamento aunque hay que diferenciar los que las lideraron. Por un lado Moisés, que huyó enfrentado al Ramsés faraón, y encontró lo que dicen ellos era la tierra prometida, hoy llena de sangre. Por otro lado Jesucristo, que con independencia de que fuera o no hijo de Dios, envió un mensaje de paz al mundo y antes de generar una rebelión en la Palestina romana y judía, se dejó crucificar. Luego, en el siglo VIII apareció un nuevo profeta que vencido por los habitantes de la Meca formó un ejército para su conquista, y en eso lo del paraíso en la guerra. Mahoma murió antes de quitar el mensaje guerrero, o quizá no quiso hacerlo, pero la diferencia entre ser guerrero y no ha marcado la historia de la mitad del mundo. 
Al final unos por ambición y otros por fanatismo han convertido el oriente medio en un nido de guerras, de intifadas, de terrorismo, y a sus laterales las dos naciones más poderosas de la zona, Arabia Saudí e Irán.
No sabemos si el ataque islamista de Hamás ha sido una provocación para que Israel entrase con mano dura en la franja de Gaza donde se encuentran cautivas muchas personas para justificar la intervención iraní en la zona que ya amenaza con medidas contra Israel. ¡Qué rápidos han estado los ayatolas! Lo normal es que lo que ha ocurrido esté proyectado desde mucho antes, que exista ya un plan que desconocemos para provocar una contienda a mayor escala, porque si han pasado desapercibidos los preparativos de Hamás a los servicios secretos israelíes, que dicen que son los mejores del mundo, un programa de guerra regional puede también haber pasado inadvertido. Ahora viene lo peor. Entiendo que son los propios musulmanes los que tienen que impedir el islamismo radical. La pelota está en su tejado.