Hay que ser muy valiente para opinar mal sobre Picasso. Inmediatamente te tachan de inculto o de ignorante, aunque empieza a haber una corriente de intelectuales que se van atreviendo a no aplaudir cuando algo no les gusta.
No me cabe la duda que fue un gran artista, y que además fue el primero que aplicó el marketing al mundo del arte. Solo hizo unas 13.000 pinturas, 100.000 grabados, 34.000 ilustraciones para libros y cientos de esculturas. Si ves con detenimiento Las Palomas de Picasso te darás cuenta que lo que se considera un cuadro de Picasso es un trazo. Así le dio tiempo a hacer tantos.
Ahora bien, no es lo mismo ser un gran pintor que un gran artista. Fue revolucionario y creativo al máximo, pero como pintor tiene sus detractores. Se rodeó de todos los intelectuales que pudo en una Francia ocupada por los alemanes y se arriesgó a ser detenido por su amistad con André Malraux cuando el París ocupado y se hizo finalmente del partido comunista. Era muy importante pertenecer a una especie de mafia política que había ganado la segunda guerra mundial y que se había puesto las medallas de liberación de París. Todos sus amigos eran intelectuales, Cocteau, Sartre, Prévert, Matisse, Max Ernst …, la lista era larguísima, lo que nos explica lo gran relaciones públicas que fue. El Guernica, que al parecer se llamó en principio Recuerdo a mi amigo Sánchez Mejías, más parece la angustia de la muerte de un torero íntimo amigo suyo que la expresión de un bombardeo.
El mercado del arte es una cosa y el arte otra. Algunas veces coinciden, pero todos hemos visto como Pollock fue lanzado al estrellato por Peggy Guggenheim, una de las grandes coleccionistas del arte moderno, propietaria de los Museos que llevan su nombre. ¿Arte o negocio del arte?
Es fácil distinguir una buena melodía o canción de una mala. La música conceptual no triunfó porque era el surrealismo llevado a la música. Si tú escuchas una canción o una obra de Beethoven o de Mozart, o de los Queen, te das cuenta de forma inmediata de la calidad. Si lees un libro de Vargas Llosa, te enganchas de inmediato. En el cine pasa otro tanto, lo bueno triunfa y lo malo se queda en las estanterías.
En el mundo de la música, del cine o de la literatura es fácil discriminar que es lo bueno y que es lo malo. Pero en el mundo del arte modero hay que ser muy valiente para expresar una opinión contraria a la marea que nos rodea.
El arte moderno se valora por lo que se cotiza, pero no por la calidad de una pintura. Por ejemplo volvemos a poner Las Palomas de Picasso. Si no tuviera su firma no valdría nada porque cualquiera puede hacer una obra así, hasta un infante. Él mismo lo reconoció al negarse a poner su firma en una servilleta. Lo que podría valer era su firma.
Pero para hacer una pintura como Los Borrachos, Las Meninas, Los Fusilamientos del Dos de Mayo, hablando de obras españolas claro, hay que saber pintar. Picasso es un héroe español porque antes del Real Madrid y del Barcelona puso en el mundo la marca España, y es más fácil que te arrastre la marea de quienes lo ponen como un gran pintor que tengas la valentía de decir que no te gusta.