Qué alivio el de mi madre cuando tuvo que dejar de vestirme. Nunca tuve hermano mayor de quien heredar prendas de niño y eso hacía más difícil la rutina diaria de elegir la ropa del chiquillo. Entre la época en la que me daba igual camisa que camiseta y la que empezaba a peinarme una raya en medio cementada con laca Nelly para molar más hubo un periodo de entreguerras en el que combiné lo que me imponía el fondo de armario elegido por madre y lo que dictaba la moda juvenil.
Es con esta premisa con la que traigo aquí un fotograma de mi memoria en el cual poso como orgulloso treceañero con unos pantalones negros marca 'Liberto', probablemente cortesía de mi tío Miguel; y una camisa rosa, que o estaba mal tallada ella o estaba mal tallado yo. Aún así, destilaba una chulería digna de Brandon Walsh, (el hermano de Brenda, el de Sensación de Vivir), suficiente para hacer girar las cabezas de los chicos, de las chicas y hasta de los maniquís. Y en el mejor 'total look' que recuerdo de toda mi adolescencia, vino a caer sobre mis hombros y por mandato de quien me vestía una horrible chaqueta de lana, más granate que otra cosa, con una decena de pompones colganderos de hilos multicolor que echó a perder la mejor foto de mi vida. Las dos pistolas del Cristo. Traigo todo esto a esta tribuna para justificar que es mejor hacerte tú a que te hagan. Pero para eso, hay que saber hacerse y hay que dejarse hacer.
Hace un par de semanas, la patronal conquense reeditó su foro de atracción de inversión en Madrid con el Santiago Bernabéu como escenario, con el objetivo de ponerse en el escaparate y atraer capital por la vía del emprendedurismo. Una cita que ya ha arrojado datos positivos, con más de 400 empresarios que han visto agua en la piscina aprovechando el potencial no solo de la capital, sino de toda la provincia, con un resultado que roza los 2.000 empleos generados.
Posición logística, vivienda barata, masa forestal y distancia corta con núcleos de población que acumulan cerca de una cuarta parte del PIB nacional fueron las puntas de lanza ofrecidas por un territorio que acaba de saludar a Sumitomo y que está ya pasando la aspiradora a la alfombra roja por la que desfilará Toro Verde.
Un tablero que debiera ser favorable y que nos ha llevado a recuperar población hasta mirar de frente de nuevo a la frontera de los 200.000 habitantes que perdimos en 2016. Las cosas no van mal del todo. Hasta la Balompédica pasó de ronda en Copa del Rey, augurando un día grande en La Fuensanta para estrenar diciembre ante un Primera División.
Este lienzo puede invitar a la teoría del vaso medio lleno. Bienvenidos los proyectos extranjeros, pero ahora toca ambicionar más esfuerzo inversor con DNI conquense. Qué aquí solo se rascan el bolsillo las instituciones, con dinero que es de usted y mío. Quizá toque ahora aplanar el camino también al paisano que tenga una buena apuesta para arriesgar su parné en la tierra y poder, por fin, meterle fuego a la horrible chaqueta de lana granate con pompones colganderos de hilo multicolor.