Los dos últimos veranos han sido los más cálidos que se recuerdan desde que hay registros y todo apunta a que se van a volver a batir récords. Habrá que esperar a que el 20 de junio se inicie el verano astronómico y es probable que antes ya se note mucho calor. El 1 de junio comenzó el denominado verano meteorológico, la estación más calurosa del año, y las previsiones meteorológicas apuntan a que será aún más intensa durante este año.
Atrás queda un mes de mayo cálido y con precipitaciones por debajo de lo que suele ser normal en este mes. Son señales que invitan a pensar que en este verano los termómetros también van a apretar de lo lindo y que tampoco van a faltar las noches tropicales.
Los registros que deja mayo permiten extraer esas conclusiones sobre lo que sucederá en los meses de la canícula. Según informa el Observatorio Meteorológico de Cuenca, la temperatura media mensual fue de 16,3 grados centígrados con lo que se puede calificar como un mes «cálido». De hecho, esta temperatura es superior a la media de los meses de mayo del periodo de referencia 1991-2020 que es de 15,5 grados centígrados.
El día que más apretaron los termómetros en la capital fue el pasado sábado, al marcar una temperatura máxima absoluta de 32,7 grados centígrados. Pese a ser muy elevado, este registro no está entre los más altos. Hay que remontarse a mayo de 2015 para encontrar una temperatura máxima superior. Ese día, en plena primavera se alcanzaron los 35,1 grados centígrados.
En cuanto a las temperaturas mínimas, no han bajado de los 10 grados centígrados en los últimos ocho días de mes. La mínima absoluta, de 1,5 grados centígrados, se registró el día 3. Fue baja, pero hay que ir a 1997 para encontrar la temperatura mínima en los meses de mayo, que fue de 0,6 grados centígrados.
Además de un mes «cálido», mayo también fue «seco» porque llovió por debajo de lo que suele ser habitual si se compara con el periodo de referencia. El Observatorio Meteorológico de Cuenca recogió una precipitación total de 18,8 litros por metro cuadrado, lo que lo convierte en un mes «seco». La media en los meses de mayo es de 48,7 litros por metro cuadrado, con lo que este año se queda lejos de esa cifra. En todo el mes, sólo llovió en la capital en seis días. Uno de ellos fue el 21 de mayo, que fue el más lluvioso al dejar 9,6 litros por metro cuadrado.
En los próximos días está previsto que suban mucho los termómetros después de una jornada como la de ayer en la que el mercurio no pasó de los 26 grados centígrados de máxima. Además, el Gobierno de Castilla-La Mancha activó ayer, en fase de alerta, el Plan Específico ante el Riesgo por Fenómenos Meteorológicos Adversos (Meteocam), en este caso por tormentas. Hoy volverán a estar los cielos despejados y los termómetros, al menos hasta el viernes, irán subiendo el mercurio.
El mes de mayo cálido y seco ha sido la prolongación de un abril en el que llovió menos de lo habitual. De hecho, el pasado abril fue el más segundo seco en la capital desde 1991. La precipitación total fue de 9,4 litros por metro cuadrado, cuando la media del periodo de referencia 1991-2020 es de 59,9 litros por metro cuadrado.
Sin embargo, la primavera comenzó con mucha lluvia, en especial en la última semana de marzo y coincidiendo con la Semana Santa. Entre el Lunes Santo y el Domingo de Resurreción –del 25 al 31 de marzo– se recogieron 79 litros por metro cuadrado. Es una cifra notable porque supone el 16 por ciento de la precipitación media anual.