Toledo, 16 de octubre de 2023. Biblioteca Regional, situada en la planta alta del Alcázar. Se cumplen 25 años de su entrada en funcionamiento. Se celebra con la presencia del arquitecto que la hizo posible, el gran Peridis, que soñó la Biblioteca regional a semejanza de la del Escorial. Un acontecimiento histórico para la ciudad que, en un edificio con idéntica traza arquitectónica al Escorial, se estableciera una biblioteca. El sueño así mismo del gran Juan Sánchez, creador del proyecto, director y artífice de su proyección social. Por cierto, Juan Sánchez no fue un director cualquiera en una responsabilidad desempeñada espléndidamente por mujeres. A Peridis también le debemos el titulo de este artículo. Habló de la impresión que le causó ver, en la distancia, la última planta del Alcázar iluminada. Enunciaba la metáfora perfecta sobre el significado de las bibliotecas como fuente de luz, que inundan ciudades y pueblos, que son origen de todas las iluminaciones colectivas e individuales y ambición perseguida por poderosos reyes de la tierra. No se sentían reyes completos sí no disponían de la sabiduría acumulada de la humanidad. Esos reyes se sentían grandes porque creían en los libros, la ciencia y la información como señas identitarias de la humanidad. Así nacieron poderosas bibliotecas, algunas míticas, como la de Asurbanipal, la de Alejandría, la de Pérgamo o las Bodleianas. Lugares en los que se almacenaban los logros de unos imperios, entonces se creían, indestructibles.
Se entregaron premios, algunos más merecidos y justificados que otros, y de nuevo se habló de las bibliotecas como servicio público básico para que, ahora que se invocan desigualdades, por el hecho de haber nacido en determinado lugares, la lectura y el estudio no se conviertan en objetos inaccesibles. Las bibliotecas forman parte del entramado colectivo que articulan a los humanos y les posibilitan la accesibilidad a ideas y universos multipolares. Leer libros es lo más parecido a descubrir mundos ocultos, civilizaciones impensables, costumbres diferentes y sentimientos tan insólitos como son los sentimientos que nosotros mismos, en solitario, experimentamos. Al final se apostó porque dentro de otros 25 años se puedan seguir realizando actos de este género en los que se hable de libros, de lectores y de cultura. Un sueño en un otoño incierto.