Humberto del Horno

Lo fácil y lo difícil

Humberto del Horno


Hablar del gobierno

06/10/2023

La que limpia, fija y da esplendor define la política como la actividad de quienes rigen o aspiran a regir los asuntos públicos. Bueno. A decir verdad, hay casi tantas definiciones de política como bocas para definirla. Usaré esta tribuna, si me lo permiten, para atreverme con la mía propia, cosiendo conceptos de lo que es y de lo que debería ser.

Ego. La política, la de partidos, es ego. El 'superyo' por delante y los demás ya veremos, pero sin que se enteren. Salir en el cartel, no moverse en la foto, sonreír fuerte.

Cercana. La política debería ser cercanía. Entre tanta discrepancia sobre lo que es la cosa, hay premisas que comparten todos los definidores de la misma, como que en los pueblos «se vota a la persona, no al partido». La Ley Reguladora de las Bases del Régimen Local, que como yo vio la luz en 1985 –año del buey en el horóscopo chino–, se atrevió a definir los límites competenciales de los municipios y los ayuntamientos que los gobiernan. A saber, desde seguridad hasta regulación del tráfico pasando por ordenación urbanística, limpieza viaria, alumbrado o transporte público. La administración más cercana, dicen.

Postureo. La política es postureo. Enseñar tus cartas y jugar con otras, retratar al de enfrente, invertir más en 'zascas' que en 'amenes' y conformarse con ser el menos malo para pescar por arrastre olvidando la caña.

Útil. La política debería ser de utilidad. Y lo es, claro, para algunos más que para otros. Un alcalde lo sabe, y a modo de buzón de sugerencias con piernas, está acostumbrado a ser la puerta de entrada de quejas, peticiones y regañinas. Si se lo encuentra por la calle, no dude en hacerle saber si la farola de su calle ya no luce.

Circo. La política es circo. Tiene, como buen circo, equilibristas, e incluso algún mago. Y varias pistas. Y muchas veces el domador nos entretiene en una de ellas mientras los payasos se divierten en la de al lado.

El último pleno en el Ayuntamiento de Cuenca sirvió para debatir una hipotética ley de Amnistía a nivel nacional. No me queda espacio para entrar en el fondo y no pongo en duda que para un vecino de Villa Luz el asunto pueda resultar importante. Pero ese debate en un escenario municipal tiene más de ego, postureo y circo que de cercanía y utilidad.

Política: Dícese del arte de vender tu ego como útil desde la cercanía para posturear en un circo que no es tuyo. Zasca o amén, elija usted.