Javier Caruda de Juanas

Javier Caruda de Juanas


El reencuentro

22/08/2024

Retomamos este espacio semanal de encuentro en el que desarrollamos este especial vínculo existente entre usted, querido lector, y un servidor que se empecina en ejercer de notario de marca blanca de la realidad que nos rodea. Han sido varias semanas, excesivas quizá, que sirven para recargar pilas. Como en toda relación moderna hemos separado nuestros caminos durante el tiempo necesario para que la alegría semanal por leernos nos permita afrontar el tedioso cambio de las hojas del calendario hasta que asome un nuevo parón veraniego. Cuando estas líneas lleguen a su poder estaremos velando armas para una nueva edición de las fiestas patronales. Javier Cansado (magnífica elección, por cierto) estará a punto de realizar su pregón que, seguro estoy, pasará a la historia de los pregones julianos. 

He de decir que mantengo sentimientos enfrentados con respecto a la feria y fiestas conquenses. Como todos, durante los años de mi infancia y juventud las esperaba de una manera casi ansiosa. Pocas novedades había en esta pequeña ciudad en las décadas de los setenta y ochenta del siglo pasado por lo que ver rota la monotonía veraniega era siempre una buena noticia. Luces, ruido, alegría, despreocupación... inundaban el espacio designado por el Ayuntamiento para solaz y recreo de vecinos a tiempo completo y de aquellos a quienes la vida les había llevado a otros lugares ejerciendo de conquenses en el exilio laboral, afanándose en el mes de agosto por recuperar relaciones y vínculos que permanecían latentes durante once meses. Pasábamos de los caballitos, la oca o el scalextric a los coches de choque, el zig-zag o la tómbola de los históricos Hermanos Cachichi. ¿Quién no ha tomado un chocolate con bizcocho en el puesto de Valor? Llenábamos el vetusto pabellón El Sargal para disfrutar del baloncesto y el balonmano de primer nivel cuando aquí era una quimera pensar que pudiésemos tener un equipo de liga Asobal. Cibona de Zagreb, Peñas de Huesca, Forum Filatélico de Valladolid, Calpisa de Alicante, Atlético de Madrid, Barcelona... fueron algunos de los equipos que se disputaron aquellos trofeos de San Julián. Toros, hípica, Mecano, Alaska, Serrat, El último de la fila, fuegos y traca en Carretería cerraban, con un portazo malhumorado, la Feria y Fiestas de San Julián sumiendo a Cuenca de nuevo en los problemas habituales. A la nostalgia de un tiempo feliz que me producen estas fiestas, añade el paso del tiempo la pereza por abrir el cajón del nuevo curso que vendrá repleto de buenas y malas noticias, de acontecimientos inesperados, de alegrías anheladas.

Pero hoy, jueves de pregón, toca recordar con cariño aquellas fiestas que mantenían su seña de identidad agosteña desarrollando todo un programa de actividades, con mayor o menor oferta, en aquellos días fijados por el Ayuntamiento. Todo cambia, o al menos eso dice la canción y nuestra feria sufre también los envites de ese relativismo que permite justificar más de quince actividades deportivas fuera de los días previstos al efecto. No es de extrañar, va en concordancia con la celebración de un patrón en una fecha con la que nada tiene que ver. Todo sea por el reencuentro.