Javier del Castillo

Javier del Castillo


Quince razones

04/06/2024

Lo volvieron a hacer. Y van quince. Quince Copas de Europa (ahora denominadas Champions), ocho por encima del siguiente equipo más laureado, el Milán. Diez más que su gran rival español, el Barcelona de Laporta. Vencedores en 15 de las 17 finales disputadas. Seis veces campeones de Europa en los últimos diez años. La última derrota en una final de la Copa de Europa tuvo lugar hace 43 años. Cuatro jugadores que alcanzan el récord de Paco Gento, con seis 'orejonas', Tony Kross, Luca Modric, Dani Carvajal y Nacho Fernández. 
Las estadísticas y los datos son abrumadores, pero detrás de la épica y de la leyenda madridista existen otras razones que conviene subrayar. La historia del Real Madrid es algo más que la historia de una ilusión compartida, premiada por la fortuna. Es el premio al esfuerzo y al trabajo bien hecho. Desde la sexta Copa de Europa – 11 de mayo de 1966, frente al Partizán de Belgrado – pasaron 32 años hasta conseguir la séptima.
El Madrid ganaba Ligas de calle, pero no pasaba de octavos en la máxima competición europea. Costó mucho romper esa mala racha, esa dinámica negativa, y recuperar la hegemonía europea. Demasiado tiempo viviendo del recuerdo de aquellos seis trofeos continentales conseguido por Gento, hasta que se produjo el punto de inflexión en 1998, con el gol de Mijatovic. Por fin, había caído la séptima. 
Han pasado 26 años desde entonces, y ya hay siete orejonas más en las vitrinas del Bernabéu. Así se escribe la historia del Rey de Copas. «Historia que tú hiciste/ historia por hacer/ porque nadie resiste/tus ganas de vencer». El comienzo de este himno del Real Madrid refleja una de las claves del éxito del equipo blanco: las ganas de vencer.
Pero hay muchas más. Detrás de las «glorias deportivas» del Real Madrid hay mucho trabajo y sacrificio, una maquinaria bien engrasada, grandes fichajes que se adaptan a las necesidades puntuales del equipo, una organización seria y eficaz, que facilita el compromiso de los jugadores con su camiseta y la motivación suficiente para no bajar nunca los brazos, a pesar de ir perdiendo por dos goles de diferencia en los últimos minutos de descuento. Los jugadores blancos tienen perfectamente asumido que son todos importantes. Que por encima de cada uno de ellos están las gestas de sus antecesores y las necesidades del equipo. 
Los antimadridistas – que los hay – cada vez lo tienen más difícil. Ni los árbitros ni la suerte son ya argumentos medianamente válidos y sostenibles en más de cien años de historia. El Real Madrid ha ganado la Liga de calle, perdiendo tan sólo un partido y ha levantado después la decimoquinta Copa de Europa porque sabe sobreponerse a las dificultades. Porque lucha hasta el último suspiro pensando en la victoria. Hasta el final, vamos Real.
La mentalidad ganadora y el convencimiento de que es un privilegio estar en el mejor equipo del mundo son otras razones más, que avalan el palmarés de este equipo. Florentino Pérez ha ganado ya más Copas de Europa que Santiago Bernabéu. Su gestión la juzgará la historia – como ha juzgado la de Don Santiago -, pero los resultados deportivos y económicos son incuestionables.
También es indiscutible el acierto de poner al equipo blanco en manos de entrenadores que tienen asumidos los valores fundamentales del deporte. Carlo Ancelotti es un ejemplo de moderación, señorío y cordura. Como lo fue su antecesor, Zinedine Zidane. Y como lo está siendo Tony Kroos en su despedida.
Así que, «y nada más, y nada más: ¡Hala Madrid!»