Es solo un poquito de colorante en tu yogur. Un poquito de aluminio en tu desodorante. Es solo un poquito de ftalatos en tu esmalte de uñas. Es un poquito de azúcar en el café. Es solo un poquito de parabenos en tu champú. Es solo un poquito de glutamato monosódico en tu snack. Es solo un poquito de titanio en tus fármacos. Es un poquito de sulfitos en tu bebida alcohólica.
Un poquito de aspartame en tu agua embotellada. Es solo un poquito de mercurio en tu salmón. Es un poquito de arsénico en tu pollo comercial. Es solo un poquito de glifosfato en tu café inorgánico. Es solo un poquito de flúor y cloro en tu agua potable.
Pero… ¿qué tanto es poquito?, ¿sabes cuántos químicos diarios estáis consumiendo tú y tu familia? Estudios recientes muestran que la exposición continua a estos químicos, incluso en pequeñas cantidades, está vinculada a problemas de salud como trastornos hormonales, alteraciones neurológicas y ciertos tipos de cáncer.
Lo que parece 'poquito' puede acumularse y afectar a tu salud a largo plazo. Es hora de hacer conciencia y elegir opciones más naturales y saludables; porque esos 'poquitos' son sumativos y tu cuerpo, al final, se sobrecarga y no lo puede eliminar tan fácilmente. Priorizar alimentos no procesados y productos sin químicos añadidos puede marcar la diferencia en tu bienestar. Que tu cesta de la compra esté llena de alimentos de verdad y no de comida hecha y envasada.