Jesús Fuentes

ÁNGULOS INVERTIDOS

Jesús Fuentes


Guarrazar, una vez más

14/06/2020

Guarrazar marca el camino. Ya lo hizo hace tiempo. Cuando se comerciaba impunemente con el Patrimonio, que entonces no era Patrimonio, sino piedras u objetos antiguos para vender a marchantes listos que representaban a ricos franceses, ingleses o norteamericanos, interesados en ese patrimonio que a nosotros nos parecía desdeñable. Historias de la pobreza económica y la miseria cultural de una época. No, no les voy a repetir las peripecias vergonzosas de las coronas votivas de Guarrazar, sino comentar la buena noticia que está suponiendo la recuperación del yacimiento visigodo. La aventura personal de un arqueólogo, secundada con entusiasmo por el Ayuntamiento de Guadamur.
‘Europa Nostra 2020’ ha reconocido  al yacimiento de Guarrazar  «como factor de desarrollo económico y social». Así con este reconocimiento, Guarrazar marca el camino que Toledo debería recorrer para convertir sus ‘cuatro ruinas’ miserables de los visigodos no en un territorio para la especulación del suelo, sino instrumento de desarrollo social y cultural. Lo que resultaría muy útil en estos tiempos de pospandemia que  va a demandar un modelo de turismo menos masificado y más prolongado. Es decir, con mayor permanencia de  turistas en Toledo. No los de ahora, de bocata, tren o autobús, y vuelta a Madrid.
El reconocimiento es al mismo tiempo  al trabajo personal de un arqueólogo, Juan Manuel Rojas Rodríguez –Malo, que arriesgó su capital individual para rescatar unas ruinas que ahora son reconocidas como foco de desarrollo social y cultural. El reconocimiento también es aplicable a  un Ayuntamiento que no sucumbió a la tentación tan atractiva de convertir su término municipal en una continuada y monótona urbanización a escasos kilometro de Toledo. La inversión económica del arqueólogo seguramente no se recuperará en el corto plazo -  es más rápida y abundante la del  ladrillo, donde va  a parar – pero la compensará  con la satisfacción también personal – es cierto que con lo satisfacción no se come - de haber descubierto  algo que debiera ser evidente por aquí: que el patrimonio y la cultura son factores de desarrollo para los pueblos. ¿Evidente? Al parecer, no  tan evidente, cuando aún estamos  pendientes de saber si en Vega Baja hay cuatro piedras que deben ser removidas o  un proyecto cultural sobre unos pueblos desconocidos como son los visigodos. Tal vez algún día pueda hacerse una ruta Toledo-Guadamur-Casasbuenas, que adquiera la dimensión de factor de desarrollo económico y social de todo el territorio.