El uso del móvil se ha vuelto omnipresente en nuestra vida diaria. Siempre lo llevamos con nosotros: al trabajo, a la mesa para comer, al baño… y hasta a la cama. Muchas personas tienen el hábito de dejar sus teléfonos móviles en la mesita de noche antes de ir a dormir, pero, ¿qué consecuencias tiene este comportamiento en nuestra salud y calidad de sueño?
El campo eléctrico y electromagnético que se genera es brutal alterando, entre otras cosas, el voltaje de las membranas de nuestras células, permitiendo que el calcio entre en nuestras células, iniciándose un proceso proinflamatorio. Esto sólo con tenerlo al lado, aunque no le demos uso. Siendo una auténtica aberración para nuestro organismo el dormir con el móvil cargando en la mesita por el gran voltaje y picos de voltaje que se lleva a cabo en nuestra cabecera.
Además, las notificaciones, llamadas o mensajes inesperados pueden interrumpir el sueño, causando despertares frecuentes y afectando la capacidad de alcanzar las etapas más profundas del mismo. De hecho, dormir con el teléfono móvil cerca está siendo asociado con un mayor riesgo de desarrollar síntomas de insomnio y otros trastornos del sueño.
Otro punto importante es su uso hasta el minuto uno antes de cerrar los ojos: La continua estimulación visual y cognitiva antes de dormir puede generar dificultades para desconectar mentalmente, resultando en noches de sueño interrumpido. Diversos estudios científicos han demostrado que la exposición a la luz azul emitida por las pantallas de los dispositivos electrónicos puede alterar el ritmo circadiano, el cual regula nuestro ciclo de sueño-vigilia. La luz azul suprime la producción de melatonina, una hormona crucial para conciliar el sueño.
¿Qué síntomas pueden aparecer por este gesto cotidiano? Alteraciones del sueño, cansancio matutino, niebla mental, fatiga, nerviosismo, dolores de cabeza… Consejos: desenchufa la lamparita de la mesita, utiliza despertador a pilas y móvil fuera de la habitación donde dormimos.