Está claro que la figura de un ángel custodio, no solo en la Biblia sino también en cualquier manual de religión, filosofía o teología es «un tipo de ángel asignado para proteger, guardar y guiar a una persona, grupo o nación, en particular durante su existencia en la tierra». Los cuatro arcángeles que la iglesia toma como referencia cuando se refieren a los libros apócrifos son San Uriel, San Baraquiel, San Jehudiel y San Sealtiel. Sin embargo, los siete ángeles custodios que la iglesia católica tiene como referentes bíblicos son Miguel, Gabriel, Rafael, Barachiel, Jehudiel, Uriel y Sealtiel. De esta manera, se han unido a los que esos libros apócrifos –como el Libro de Enoc o el cuarto Libro de Esdrás– tieneb establecidos, con los tres arcángeles custodios por excelencia: San Miguel, San Gabriel y San Rafael, que el Antiguo y Nuevo Testamento tienen como fieles protagonistas.
Desde el siglo IV en que el arte religioso representó a los ángeles con forma o figura humana, y de que en siglo V se le añadieran alas como símbolo de prontitud en hacer la voluntad divina y de trasladarse de un lugar a otro sin la menor dificultad, hasta ahora, han formado parte del culto eclesial católico con mayor o menor profusión. Por eso, para los Cuerpos de Seguridad del Estado, en este caso, la Policía Nacional española y la Policía Local, la figura de estos Ángeles Custodios, con San Miguel al frente, es siempre el referente patronal, en sentimiento, causa y protagonismo.
Y esa es la gran labor que hace nuestra Policía Nacional, la misma que este pasado viernes celebraba en la iglesia de la Merced, maravilloso conjunto arquitectónico que permite realzar cada acto con la solemnidad de su marco donde los anaqueles saben guardar la sabiduría en ciencia y literatura. Los Mercedarios Descalzos ocuparon este edificio que ahora sirve de biblioteca del Seminario Conciliar de San Julián. El comisario provincial Manuel Domínguez y la subdelegada del Gobierno, Mari Luz Fernández, dieron con sus palabras ese toque de distinción a los hechos, proyectos y ejecuciones conseguidas, ayudando a reconocer a esos fieles servidores de la seguridad ciudadana a recibir condecoración, y a valorar el aplauso de todos cuantos allí estaban y de los que no estando, son conscientes de la gran labor que realizan. Para mí, como cronista oficial, no tengo más que excelentes palabras de agradecimiento y consideración para este Cuerpo y su gran labor en Cuenca. Felicidades.