Tengo la gran suerte de tener una profesión que además de cuidar, también me cuidan. La semana pasada, recibí un regalo muy especial: huevos frescos de gallina. Este gesto no solo me llenó de gratitud, sino que también me inspiró a escribir este artículo y a expresar por qué soy superfan del huevo.

El huevo es un alimento muy nutritivo, siendo una fuente excelente de proteína de alta calidad, conteniendo todos los aminoácidos esenciales que nuestro cuerpo necesita. También los huevos son ricos en vitaminas (B12, D, A, E y K) y minerales (hierro, zinc y selenio). Y son una fuente significativa de luteína y zeaxantina, antioxidantes que se acumulan en la retina del ojo y ayudan a proteger los ojos del daño causado por la luz azul, así como de la degeneración macular y las cataratas relacionada con la edad.

Pero esto no es todo: los huevos son una de las mejores fuentes de colina, un nutriente crucial para la salud cerebral y el desarrollo cognitivo. La colina también juega un papel vital en la formación de membranas celulares y la transmisión de señales nerviosas. Además, puede ser nuestro aliado en la pérdida de peso: Incluir huevos en el desayuno puede ayudar a controlar nuestro apetito, ya que su alto contenido en proteínas y grasas saludables proporciona una sensación de saciedad duradera, reduciendo la ingesta calórica en comidas posteriores.

Contrario a creencias populares, su alto contenido de colesterol en la yema es beneficioso para nuestro corazón, mejorando nuestro perfil lipídico, aumentando el colesterol HDL ('bueno') y reduciendo los niveles de LDL ('malo'). Además, por la colina y los antioxidantes nombrados anteriormente, reduce la inflamación y mejora la salud cardiovascular.

Vaya con el huevo, tiene más beneficios de los que imaginaba, ¿verdad? Así que, si antes no le prestaba atención ni era una prioridad en su dieta, es hora de reconsiderarlo y darle su lugar. Y recuerde: su salud es su mayor activo. ¡Invierta en ella!