¿Qué fue antes, el huevo o la gallina? Esa pregunta que cuando somos niños nos hacen para dejarnos cavilando y jugar con nuestra mente, es mucho más sencilla de responder de lo que parece. Al menos, lo es más que la siguiente: ¿quién fue antes, el periodista o el político, a la hora de hacer balance de los cien días de cualquier gobierno? No es fácil saber quién de los dos motivó este tipo de análisis, pero la verdad es que unos los promueven y otros los publican. O al revés... Hoy precisamente el PP municipal, que se encuentra en la oposición, ha planteado un desayuno con los medios de comunicación para escudriñar los tres meses y poco del gobierno local tras las elecciones del 28 de mayo. En otras ocasiones ha sido el partido en el poder el que ha propiciado esta misma rueda de prensa y si no ha sido así, ahí hemos estado los profesionales de la información para darles esa voz por si ellos no habían caído.
La realidad es que los balances a los cien días son más de consumo interno que externo, más para los políticos o los periodistas que efectivos y realistas. Lo siento, pero dudo mucho de que tres meses después de tomar posesión y más cuando todo ese tiempo ha estado marcado por el verano, las fiestas y las vacaciones, sirva para algo sacar conclusiones de lo que se ha hecho o se ha dejado de hacer. Como mucho, en el mejor de los casos, lo que permiten estos primeros cien días de mandato es plantear una declaración de intenciones y dejar claras las posiciones de forma general, pero no en nada concreto. Por tanto, cualquier balance en este sentido no serán más que generalidades.
Los exámenes tienen que realizarse al final, y en una legislatura al uso, éstos son cada uno de los cuatro años de mandato. Cuando el verano de 2024 empiece a mandar sus primeras señales, será momento de analizar si vamos camino de que ésta sea la legislatura del «revulsivo de Cuenca», tal y como la delegada del Gobierno regional en la provincia, Marian López, señala en una entrevista a este diario. Ese es el mantra que repite el PSOE, alineado en las tres administraciones, Ayuntamiento, Diputación y Junta. Todos coinciden en que este mandato es el del cambio real, después de que el anterior, en su plenitud, se viera truncado por la irrupción del coronavirus. Ya lo veremos. Los exámenes son para final de curso, donde afloran los buenos y los malos estudiantes. Unos pasan con nota y a otros no les queda más remedio que repetir.