¡Ah! El amor y sus fases, trayectorias emocionales salpicadas de lo bueno, también de lo malo, y en cualquiera de sus circunstancias, siempre susceptibles de encajar con una buena banda sonora. Imagine a dos tórtolos tortoleando con esa tontería propia de los primeros días, uno pensando en el otro y el otro en el uno. Permítanme ponerles nombre para humanizar más esta historia, y vengamos a llamarles Dulce y Blanquinegro. Y ahora acompáñeme en el recorrido de su historia de amor. 'Quiero ser tu sueño', se decían al 'Son de amores' en un primer capítulo que terminó por preludiar el desastre. 'Sabe que la engaña', 'Tanto la quería'... Qué buen hilo musical le quedó a Andy y Lucas para ilustrar este desengaño.
Lo gracioso vendrá en la feria, cuando Andy y Lucas se suban de nuevo a un escenario que, casualmente y para sorpresa de nadie, será en el jardín de uno de los dos tórtolos, el que viste de blanco y negro. Y no descarto que el otro polluelo tararee desde ese césped las letras de esas canciones que colorearon una historia que terminó en desamor.
Poco se puede hacer 'Cuando zarpa el amor', llorarlo quizá, añorarlo si cabe. Cuando uno de los dos dice 'Ya me cansé', sabe que 'Poquito a poco' la historia terminará con 'Lagrimas de amor'. Y todo ello lo cantará Camela en ese jardín que lo fue de rosas y que acabará, sin remedio ninguno, en espinas.
Esta semana empezó con Dulce entonando un 'Aún me amas', y tras pasar por la casilla del 'Porfa no te vayas' ha terminado con un 'Vuelve', pero en ningún caso con un 'Lo siento'. Blanquinegro, de su lado, lleva dos días tarareando 'Esto no está pasando', pero tras quedarse en 'Puntos suspensivos' va tomando conciencia de que no tiene 'Nada que perder'. Después de todo, y aunque no esté escrito, va aceptando un 'Adiós, cielo azul, llegó la tormenta'.
Será divertido ver a Dulce posarse en el jardín de Blanquinegro para ver si Beret cuela todos estos estados de ánimo en forma de canción en la lista que reproducirá su banda en agosto, como será divertido ver al desengañado pollastre hacer los coros a Robe en otro concierto que nunca debió ver, y así se lo prometieron, en la puerta de su casa.
En las relaciones entre dos hay muchas formas de mentir, y no todas ellas tienen porqué ser engañar. Te puede mentir el del taller diciendo que si la culata; lo puede hacer el peluquero diciendo que solo te va a cortar dos dedos; o el dentista diciendo que no te va a doler. El primero lo hace para sacar tajada; el segundo para defenderse; el tercero, para tranquilizarte.
Es difícil adivinar si decir una cosa y hacer la contraria con apenas horas de diferencia es una contradicción encontrada o perseguida, si uno incurre en ella por error o si lo hace a sabiendas. Si es por lo primero es torpeza, si es por lo segundo, es engaño. Y aunque ninguna de las dos te invalide para ser dentista, peluquero o mecánico, sí debiera hacerlo para ser gestor.
Y se marchitará el jardín, por lo de la culata o por dos dedos. Y vaya, claro que dolerá.