Si son ustedes jugadores de mus, sabrán esa sensación de recibir en la primera mano tres cerdos y un cinco y dar un respingo al pensar lo bonito de la piara de haber llegado el cuarto. Hay poesía en las cosas que faltan para cerrar un círculo en la misma medida que hay alivio cuando terminas por cerrarlo, como cuando al jugar al Tetris sale por fin el dichoso palito rojo al que se le ha buscado acomodo desde hace 20 piezas. Clin clin clin y cuatro líneas de golpe para poner a bailar al ruso. Qué satisfacción. Un puzzle parecido soñó el Club Conecta hace unos meses cuando tomó la decisión de usar su precioso escaparate en la capital de España para juntar a los cinco alcaldes de capitales de provincia de Castilla-La Mancha con el único objetivo de hablar de sus retos, de su futuro, con más confeti y purpurina que bridas y cortapisas. Cuatro brillaron, el quinto se embridó. Guarden esta frase.
El Club Conecta nació hace dos años por iniciativa de varios periodistas castellanomanchegos que, residiendo en la capital de España, sentían, sentíamos, que podíamos hacer algo más por nuestra tierra, remar un poquito, barrer para casa, poner a disposición de poderes públicos y privados, también sociales y culturales, el gigantesco altavoz que supone el poder abrir huecos en los principales medios de comunicación de ámbito nacional. En 2022 y con la entonces portavoz del Gobierno nacional Isabel Rodríguez como madrina, iniciamos una andadura en la que han pasado por nuestra mesa la primera línea política y económica de la Comunidad Autónoma, impulsando una inercia que ya nos ha servido para constituirnos en asociación. Hemos cogido la forma, ahora vamos a por el fondo.
Y en ese camino, esta semana el CaixaForum del madrileño Paseo del Prado acogió el segundo de nuestros grandes actos, con éxito de convocatoria y de repercusión. Una guinda que vino a coronar un gran trabajo de meses, una fontanería de trastienda de conjugar agendas políticas. Una tarea nada fácil y que no luce tanto como debiera una vez que se le pone el lazo. Cuatro brillaron, el quinto se embridó. Brilló uno que habló de turismo y de revolucionar la recogida de basuras de su Casco Histórico y brilló otro que estrenaba presupuestos y que alzó la voz exhibiendo la mejor Feria del mundo. Una tercera brilló alzándose como emperatriz de un imperio logístico y el brillo del cuarto le vino en forma de tono reivindicativo. Y el que quiso apagarse y embridarse a la eterna excusa de los problemas de agenda no pudo hacer brillar ni su Semana Santa, ni su Casco histórico, ni su vitola de Patrimonio de la Humanidad. No quisiera yo hacerle jugar al lector al 'Quién es quién', ni mucho menos al Cluedo. Pero atrévanse a adivinar cuál de los cinco alcaldes renunció al brillo y trastabilló el repóker.inco alcaldes renunció al brillo y trastabilló el repóker.