Leo Cortijo

Leo Cortijo


Luz que no ilumina a todos por igual

04/12/2023

El pistoletazo de salida a la Navidad se ha convertido de un tiempo a esta parte en una especie de carrera política indigna, infame y perversa entre ayuntamientos. Nada que ver, por cierto, con el espíritu original y auténtico de esta celebración. Desde hace varios años hay algunos alcaldes que se la miden –la personalidad–  y perdón por ser tan gráfico, por ver quién coloca el árbol más alto. No contentos con librar esa única batalla, también han dirimido otras por ver qué ciudad es la primera en pulsar el botón de «ON» de la iluminación o ser la que más luces pone y, por consiguiente, la que más gasta en este asunto. Al principio, a casi todo el mundo le hacía gracia y prefería quedarse con la lectura positiva de todo esto, como si los daños colaterales de este dispendio lumínico y ornamental no existieran.

Pero ojo, porque creo que empieza a tomar forma una manera de pensar distinta. Esta corriente de pensamiento todavía se encuentra en sus estadios iniciales, y poco recorrido tiene por el momento, pero no descartaría que llegara cierto punto, no sé en cuanto tiempo, en el que no estuviera tan bien visto 'dar un palo' como el que se le da a las arcas municipales por encender las luces durante tantos días o por molestar a los vecinos de ciertas zonas de las ciudades con varias horas al día de ruido ensordecedor o con el continuo destello de las bombillas. 

En Cuenca también ha sido asunto de debate. No porque vayamos a la cabeza en esa carrera, sino por todo lo contrario. A estas alturas, cuando algunas ciudades ya llevan 15 días con las luces dadas, aquí ni siquiera se han instalado todavía los arcos. Lo único que ha trascendido, por ahora, es que mañana se descorchará la Navidad con un pasacalles que culminará con el encendido del Árbol ubicado en la Plaza de la Constitución y con la inauguración del mercado navideño. El Ayuntamiento, que promete «bailes, música y animación» en este pasacalles, también anuncia un acto en el Parque de San Julián, donde habrá una «feria navideña». 

Para muchos, este pistoletazo de salida llega más tarde de lo debido y no se le da la importancia que realmente merece. Tendrán razón. Los comerciantes del centro desearían que los arcos ya estuvieran montados. Tendrán razón. Para otros, sin embargo, lo deseable sería que se respetara la tranquilidad de los vecinos y que no se gastara tanto dinero público en esto. Pues sí, también tendrán razón. A mí, lo único que me viene a la cabeza es lo difícil que resulta contentar a todo el mundo.