José Luis Pinós

Cal y arena

José Luis Pinós


La actitud del cobarde aficionado que perjudica a su club

03/02/2025

En el mundo del deporte, en las gradas, se lleva a cabo por las autoridades y federaciones correspondientes una lucha por el civismo de los espectadores. Casualmente, o no, la mayoría de los incidentes ocurren en el fútbol, debe ser que los aficionados al deporte rey son menos civilizados que los del resto de deportes. Se ha avanzado, sí, pero todavía hay personas que no entienden que se debe acudir a un espectáculo deportivo a disfrutar de él, no a comportarse como un energúmeno y encima perjudicar a tu club que, si es modesto, sufrirá unas consecuencias económicas y deportivas gravosas.

El ejemplo que ponemos hoy ocurrió hace dos jornadas en Illescas, en el encuentro de fútbol de Segunda Federación entre el CD Illescas y la UB Conquense. Antes de nada, quiero dejar claro que la afición del Illescas es ejemplar, pero siempre hay un lunar que destaca negativamente y, con eso, es suficiente para perjudicar al resto de los aficionados. 

En cuanto a los hechos reflejados en el acta del partido, en el minuto 86, el árbitro detuvo el encuentro y por megafonía se anunció el inicio del protocolo por lanzamientos. El lanzamiento, en este caso, eran escupitajos a un asistente por parte de aficionados claramente identificados como locales. El partido se reanudó y, cuatro minutos después, el árbitro paró el partido y mandó a los dos equipos a los vestuarios aplicando el mencionado protocolo en su fase II. El que escupía al asistente siguió haciéndolo desde el mismo sitio e impactando en la misma espalda. Hay que tener en cuenta que, en la banda en la que ocurrieron los hechos en Illescas, aunque hay una excelente tribuna, estos aficionados se pusieron a pie de campo, junto a la valla que lo delimita y a un metro del asistente. De ahí que los escupitajos llegaran con claridad a su espalda.

Por megafonía de volvió a recordar la gravedad de la situación. Pasados diez minutos, volvieron los dos equipos y el trío arbitral al terreno de juego, disputándose los siete minutos de prolongación. El Conquense lo aprovechó para lograr el 0-2 que sentenciaba el partido. No hubo más denuncia de escupitajos, de haber sido así, el partido se habría suspendido de manera definitiva con los perjuicios económicos y deportivos para el CD Illescas.

Al final, el club dice que identificó al autor de los hechos, un aficionado no socio, y Competición ha impuesto una multa al Illescas con apercibimiento de cierre del campo, si se repiten los hechos. Me llama la atención que el mismo aficionado repitiera el escupitajo, en cobarde acción y tras recibir el primer mensaje por megafonía.

Cuestión de cultura, dicen. Habría que empezar por analizar y valorar el comportamiento de algunos padres cuando juegan sus hijos en categorías inferiores.