Posiblemente, las mayores decepciones vienen precedidas de las mayores ilusiones. Es lo que les ha ocurrido este fin de semana al Rebi Cuenca en la liga Asobal, la máxima categoría del balonmano español, y a la Unión Balompédica Conquense, en Segunda RFEF. Los dos equipos tenían fundadas esperanzas en conseguir un resultado positivo en esta pasada jornada, esperanzas basadas en la buena racha de resultados deportivos y porque se enfrentaban a rivales clasificados por debajo de ellos, lo que a estas alturas de la temporada es significativo. Pues bien, las aficiones de ambos conjuntos se fueron a comer el domingo decepcionadas por el resultado de sus equipos que, en ambos casos, jugaron por la mañana.
La Balompédica visitó por primera vez la Isla Bonita, La Palma de las Islas Canarias, para enfrentarse al Atlético Paso, colista y con casi los dos pies en Tercera División. El conjunto canario llevaba tan sólo 12 puntos, seis de ellos conseguidos en los últimos cuatro partidos, gracias a tres empates y una victoria ante el Adarve, la segunda en casa en toda la temporada. Hace diez días, el Atlético Paso presentó a su tercer entrenador en esta liga y en ese acto su presidente dejó claro que se iniciaba un proyecto de futuro, dando por hecho el descenso.
Pues bien, ante este rival había muchas ilusiones en la parroquia balompédica en prolongar la racha de tres victorias consecutivas. Qué mejor sitio para puntuar que visitar al colista del grupo. Pues no, tras unos buenos primeros 15 minutos del Conquense con un disparo fuera con todo a favor, con un remate al larguero y con una parada extraordinaria del portero local, el equipo de Rober Gutiérrez se diluyó como un azucarillo. Aún así, sin llegar a la puerta del rival, supo aguantar sin apuros hasta el minuto 95 de partido, en el que, por no despejar un balón en el área, se provocó un penalti que le dio el triunfo al colista. En su único disparo a puerta en toda la segunda parte.
Caso parecido el del Rebi Cuenca. Venía de ganar con autoridad en Benidorm y, sobre todo, de hacer un gran partido y derrotar al Bidasoa, uno de los grandes de la liga Asobal. Venía también de ganar en Burgos en la Copa del Rey, pero esa racha deportiva terminó en su visita al Helvetia Anaitasuna, uno de los equipos que se están jugando la permanencia. El problema no es que perdiera, es que lo hiciera por 33-26, un marcador que admite pocas excusas y que nos dice que, por segunda vez en lo que va de liga, el Rebi Cuenca no fue competitivo. Dicho esto, estamos obligados a ver el vaso medio lleno, es decir, a confiar en el trabajo de los cuerpos técnicos y en la calidad de las plantillas para esperar que el Conquense gane en casa lo que ha perdido fuera y pensar que el Rebi Cuenca, simplemente, tuvo una mala mañana.