Entre todos la mataron y ella sola se murió. Es un refrán castellano que se emplea cuando nadie desea asumir la parte que le corresponde de la responsabilidad de algún suceso infausto, en cuyo resultado han contribuido. Algo así es lo que está ocurriendo con la Unión Balompédica Conquense. El conjunto balompédico debería volver a ser noticia por su gran partido de este domingo ante el Atlético Paso, en Segunda RFEF, que le sitúa a un punto de los puestos de la lucha por el ascenso.
El 3-0 ante el conjunto de La Palma, fue toda una exhibición del equipo que dirige Rober Gutiérrez, cuya labor y la de la plantilla, ya valoramos el pasado martes en esta misma columna. Sin embargo, durante la semana pasada el protagonismo lo adquirió la noticia de que la plantilla del primer equipo del Conquense sólo había cobrado hasta el mes de agosto. Evidentemente, si no ha cobrado la plantilla del primer equipo, nadie más ha cobrado salvo, nos imaginamos, el calendario de pagos con Hacienda, Seguridad Social y Ayuntamiento, en este caso, por la deuda del uso de las instalaciones.
Resulta extraño que, en el mes de septiembre, surjan los problemas de economía tan graves en un club como la Balompédica al que han llegado jugadores desechando ofertas económicas más importantes, pero atraídos por la seguridad en el cobro. Varios son los factores que están poniendo en riesgo la economía del club y, por ende, su existencia.
Como bien ha explicado el presidente del club, Alberto Asensi, el dinero de los socios de esta temporada se dedicó a saldar por completo toda la temporada pasada. Por otro lado, el Grupo Herce que ha estado poniendo dinero para completar el presupuesto y cuya deuda se acerca al millón de euros, ya no puso lo presupuestado en la temporada pasada y ha dicho que no pondrá nada en la presente. La idea de Herce era convertir al club en SAD, se inició el proceso, pero no se sabe bien por qué no se ha finalizado.
Así pues, sin ingreso alguno, las pobres taquillas que no dan ni para el arbitraje, el club se nos muere económicamente justo cuando más ha crecido. La Unión Balompédica Conquense es un equipo en Segunda RFEF, otro en Preferente, tres juveniles en División de Honor, en Regional y en Provincial, y dos equipos femeninos. Todo esto produce un gasto en jugadores, transporte y técnicos que actualmente no se puede asumir.
¿Quién ayuda? Muy pocos, lo que es insuficiente a todas luces. Empresas, instituciones y, sobre todo, aficionados deberían meditar qué parte de culpa tienen en que se haya llegado a esta situación. Con 600 socios no se puede aspirar a estar en Segunda RFEF de manera competitiva.
Este miércoles hay Copa del Rey en La Fuensanta, ante el Ibiza de Primera RFEF. Si se gana, vendrá un Primera División. El aficionado tiene la palabra.