Javier Ruiz

LA FORTUNA CON SESO

Javier Ruiz


La sonrisa del vino

19/12/2024

JF, José Fernando Pérez Salamanca, vitivinicultor afincado en El Toboso, de Villamayor de Santiago, en la provincia de Cuenca. Su rostro es la sonrisa del vino, la satisfacción del deber, el mapa de la bonhomía. El otro día lo pude comprobar cuando un grupo de amigos nos juntamos en torno a él con la radio como testigo. Una vez más, la vieja compañera que abre puertas y recorre caminos. Hicimos un programa en su finca de El Toboso, donde elabora sus famosos vinos VQ, Venta del Quijote. Lo que da de sí La Mancha y los escondites que guarda. Y eso que es llana y a simple vista no aparecen recovecos. Sin embargo, propicia personas y personajes como José Fernando, la alegría dibujada en su rostro con un vino todavía por hacer. Su vida es pasión, entrega y dedicación. Ha recibido ya todas las distinciones de Rueda, después de haber honrado su viñedo. Con respeto, elabora y guarda las tradiciones de una gran cultura que ha recibido de sus padres y antepasados. Somos pan, aceite y vino. Sus hijas, Laura y Marta, son la nueva generación que abre andaduras distintas. Son expertas en marketing y nuevas tecnologías. Adaptan como nadie lo antiguo a lo diferente… No tienen miedo del futuro, porque saben del vigor de su presente. El presente es su padre y una sonrisa de gratitud.
El mundo del vino demuestra que las cosas elaboradas con pasión y entrega funcionan por más que mude el tiempo. Griegos y romanos ya se las tenían con bacantes y ritos dionisíacos… En realidad, el hombre es tal desde que baja del árbol y aprende a cultivar la tierra. En torno al Tigris y el Éufrates surge la civilización, el momento en que nace la vid y el olivo. Es cuando concluye el nomadismo y amanece la riqueza. Sólo quedan los fenicios para llevarla a través del Mediterráneo y arribar en Sagunto. José Fernando es descendiente de los ritos del vino, de aquellos que vieron un alimento desde el principio, la nueva alianza sagrada sellada a base de sangre y entrega. La mejor herencia es aquella que se cultiva cada día. JF honra a sus mayores perfeccionando el método, la manera, el cuidado con que le enseñaron a hacer vino. No hay vida sin cariño, sin cuidado ni amor. San Agustín ya lo decía. Ama y haz lo que quieras. José Fernando, con sus hijas, Mari Carmen y toda la familia del vino que creció a su alrededor, es buena prueba de ello. La felicidad y bienestar interior se transmiten hacia fuera. De ahí su satisfacción. Normal que las hijas lo miren con devoción.
El vino es la demostración de que uno puede dirigir sus pasos hacia lo que verdaderamente le gusta en la vida, porque siempre encontrará un nuevo camino. La pasión lo determina todo y hace que se derrame como un cáliz divino que a todos nos mejora. Desde la patria de Dulcinea y el amor, al último rincón del mundo. La sonrisa del vino mece la tarde, los siglos y el confín de la llanura.