Decía Carmen Guillén: «No sé si os ha pasado, supongo que sí, pero hay pocas cosas tan placenteras para un lector como dar con un libro que te encanta, comenzar a leerlo y tener esas sensaciones encontradas de por un lado querer acabarlo y al mismo tiempo de que no tenga fin porque sabemos que nos va a costar volver a engancharnos tanto a un nuevo libro… ¿Me entendéis verdad?».
Es por ello, por lo que a veces viene bien recodar por qué leemos, por qué el tiempo «ocioso» que pasamos junto a un libro no es tiempo perdido, por qué es bueno leer las ideas de escritores de antaño y actuales…
Por eso ahora lo traslado al autor, en este caso, a mí. Si leer es un placer y sobre todo, cuando disfrutas haciéndolo con el libro adecuado, escribir es todavía mayor privilegio. Sentir que puedes plasmar tu sueño, diálogo, vivencia, historia, realidad, ficción o sentimiento, en páginas ofreciéndolas a los demás, es dejar una parte importante de tu ser en ese camino que estás recorriendo y que llamamos vida.
Mañana, un jueves más, es en este caso, un jueves especial para mí como escritor. Y lo es, porque presento ante la sociedad un nuevo «hijo literario», un nuevo proyecto hecho realidad, un nuevo libro y me da igual que sea el primero que el número cuarenta.
Dejó ante el lector una idea hecha realidad en papel, sí en papel, porque debemos seguir dejando la palabra en papel, viejo o nuevo, con ese olor que provocan sus hojas, con ese tacto y ese perfume de esencia literaria que siempre ofrecen sus páginas.
Caballeros de conquista y Mujeres de armas tomar es su título, como esa génesis de la aventura americana desde una óptica más ajustada a la controversia actual, al recíproco encuentro entre dos mundos, el conocido y deseado por conocer. Dos culturas, dos geografías, dos orografías, dos conceptos de vida…
América y Europa, españoles y españolas que marcaron con su aventura un antes y un después en las civilizaciones conocidas; que recrearon su espíritu al lado de culturas milenarias y que supieron redefinir la esencia del ser humano entre ambición y generosidad, entre abuso, poder y religión, entre opresión y libertad, entre solidaridad y orgullo. Y claro, la Editorial EDAF ha tenido gran parte de esa culpa, al acercarnos páginas escritas en buena tinta hacia el lector, ese mismo que deseoso busca calmar su inquietud y recrear su aprendizaje, entre entretenimiento y ocio. Mañana, en el salón del Centro Cultural Aguirre, una apuesta más en mi camino. Al lado, un amigo, el coronel José Romero y después, una excelencia, la música de Teachers Band.