Miguel Romero

Miguel Romero


El paseo del Huécar revivirá la Navidad

21/12/2022

Nos decía la revista Ojos del Júcar en su maravilloso artículo: Escucha bien Anton: "En Cuenca, la luz de la moribunda tarde se desliza por sus desnudos cerros. Sólo algunos pinos dispersos ensombrecen el manto de tomillos, espliegos, rudas y aliagas. Bajo ellos, la omnipresente gris y fría piedra. Piedra de musgos y líquenes que acuna la ciudad volandera. Por la ermita de San Cristóbal verás al ganado marchar parsimonioso a sus majadas, como motas de polvo blanco que se desvanecen. Y en la ladera del Cerro de la Cruz, escucharás sus balidos arremolinarse con el ladrido de los perros y la voz del pastor".
Y así lo relata la historia porque así sucedía en aquellos años de trashumancia bajando los ganados desde la Sierra Alta, bien camino de Buenache de la Sierra o bien, por las angosturas de Palomera y Molinos de Papel. La ermita del Cerro de Socorro contemplaba a los ganados y pastores, mientras cruzaban el camino que les traía hasta la capital. Cuando entraban en el caserío de la ciudad de las Hoces, lo primero que veían era el convento dominico de San Pablo, el puente de piedra y luego, pasando bajo sus arcos, los últimos tramos del río Huécar.
Llegar al Molino de San Martín, a la piedra del Cuchillo y luego atravesar el Coso taurino que allí había, servía como descanso de una difícil tarea.
Aquello era una historia pasada y bonita, pero ahora, este mismo tramo que tuvo que sufrir alguna que otra avenida de sus aguas, nos permite, contemplar el cuidado Belén Viviente que organiza la Asociación Cultural Conca, gracias al Ayuntamiento, y lo hace dando vida a su historia católica, cuidando su puesta en escena con la Sagrada Familia al completo, Niño Jesús, Virgen María y San José, sin olvidar que los pastores le irán a adorar. Junto a ese belén, un escenario de luz y sonido permitirá como todos los años, que la poesía, el villancico, la música de grupos, entre dulzaina y tamboril, las voces maravillosas de rondallas musicales, y algún que otro trovador o juglar, entonen alegría y devoción en palabras de lirismo conquense.
Por eso Cuenca renace de su pasado; lo hace en un emblemático lugar que mantiene las raíces del tiempo: convento de las Madres Concepcionistas, bajo el amparo de su iglesia del Cristo, al lado de la Puerta de Valencia, con torreón y trasera de las Bernardas y así, Cuenca entera revive la Navidad.