Según recoge Clotilde Navarro en el libro Leer, escribir, contar en las Escuelas de Cuenca, evolución del sistema educativo durante el siglo XIX, «la pequeña tienda de los Aguirre resultó ser un próspero negocio en el que se implicaron como trabajadores todos los miembros de la familia, que además se beneficiaria de los procesos desamortizadores de ese siglo, pues con las ganancias de la tienda invirtieron en la compra de terrenos y huertas en gran parte de la provincia y casas y parcelas en la parte baja de la ciudad». Los Aguirre eran una familia rica y bien situada, aunque Lucas no siguió estudios, salvo los obligatorios de la época, y desde muy joven mostró una clara inclinación liberal. Su nombre aparece entre los pocos que celebra en Cuenca el triunfo de Riego y está también entre los conspiradores que se reunían en una casa de la Hoz del Huécar para combatir el absolutismo, por lo que en alguna ocasión fue encarcelado junto con su padre.
Según recoge Navarro, Lucas Aguirre concibe la idea que ha de plasmar en su Testamento, decidiendo dedicar todos sus bienes al fomento de la educación popular. Establece unos Patronatos con el encargo de aplicar todos los bienes de su cuantiosa herencia a la erección de tres escuelas para niños y niñas pobres en Siones, el pueblo de su padre; en Madrid y en Cuenca, la ciudad en la que había nacido y vivido. Murió el 20 de marzo de 1873 y por petición del Ayuntamiento de Madrid fue enterrado en el cementerio de La Almudena.
Este fue el origen de este actual Centro Cultural Municipal Lucas Aguirre, donde la Biblioteca Municipal tiene su sede, las oficinas de la Concejalía de Educación y la Concejalía de Cultura disponen de apoyo administrativo, una amplia sala múltiple de exposiciones y donde el Salón de Actos, amplio, da juego como foro de encuentro para todo tipo de actividades y lleva el nombre del ilustre profesor Juan José Gómez Brihuega, catedrático de latín.
Por eso, este año y como consecuencia de la extensión de la pandemia, el Belén Viviente que llevan a cabo los miembros de la Asociación de Recreacionismo histórico Conca, presidida por el incansable Agrimiro Saiz y que habitualmente se lleva a cabo en el Paseo del Huécar, bajo las rocas del Cristo del Amparo, ha tenido que establecer su Belén Viviente en sus dependencias, evitando también con ello, las inclemencias previstas del tiempo climatológico en estos días 23, 24 y 25.
Por eso, mi felicitación al Ayuntamiento por seguir apostando por este bonito proyecto de la recreación del Belén, a los miembros de Conca por su voluntarismo, deseo e ilusión por apostar por su ciudad y a todos cuantos hayan querido estar acompañando con su música -numerosos grupos de la ciudad- y visitantes con niños que han asistido. Un verdadero lujo que hay que aplaudir.