Miguel Romero

Miguel Romero


Llega septiembre, llega el mes mateo

01/09/2021

San Mateo fue hijo de Alfeo y vivieron juntos en Cafarnaún, cerca del lago de Galilea. Dicha provincia es de gran importancia por las rutas estratégicas de afluencia comercial al ser una ciudad limítrofe; por esta razón, trabajó como recaudador de fondos. Fue conocido como San Mateo Levi por dos evangelistas: San Marcos y San Lucas. Jesús lo vio sentado en un comedor al momento de trabajar como recaudador y lo invitó a que lo siguiera, formando a partir de ese momento del grupo de sus 12 apóstoles. San Mateo es el octavo apóstol según el estatuto de enumeración de Hechos de los Apóstoles, denominándose asimismo como Mateo, el publicano.
Ayudó como recaudador de Herodes y sirvió como publicano de Judas, cosa que fue mal vista por el pueblo al ser catalogado como “fariseo” por pertenecer en el apostolado de Jesús, quien sale a su defensa con la frase: “No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores” (Marcos 2;15-17).
Y dejando atrás la Biblia, y centrándonos en nuestro calendario festivo, este apóstol evangelista fue el elegido por nuestro Corregimiento -allá por el siglo XVI- para conmemorar un hecho histórico de alta trascendencia: la capitulación de la ciudad de Cuenca, en 1177, a manos cristianas dirigidas por el rey Alfonso VIII frente al dominio musulmán de la ciudad desde su origen como tal. Y será, por tanto, ese 21 de septiembre, fecha de su onomástica santoral, el momento clave de la fiesta más popular que los conquenses celebramos: San Mateo y las Vaquillas.
Y la verdad es que todos deseamos que lleguen estas fechas y sin embargo, la tristeza sigue embargándonos -igual que sucediera el pasado año- por no poder celebrarla con todo boato y solemnidad, debido al Covid 19 y su larga consecuencia.
Aun así, el mes de septiembre es para los conquenses, su mes más especial. La Plaza Mayor y el casco antiguo se convierte en la morada de muchos que sienten y viven esta peculiar celebración, compartiendo momentos irrepetibles en sus numerosos establecimientos  hosteleros, de mañana, tarde y noche; se entonan las canciones alrededor de una dulzaina y un tamboril, de colocan los pañuelos al cuello, se hacen corrillos para disfrutar del momento, se vive y revive -a pesar de las dificultades- todo un ritual de costumbrismo que hace de Cuenca, diferente y especial. Es el mes mateo.
En Oviedo, Monzón de Huesca, Reinosa de Santander, Castellón y Logroño, San Mateo es una celebración especial, honrosa, señorial y jugosa; en Cuenca, San Mateo es nuestra ansiada fiesta tradicional, popular y sentida, la que define el sentimiento y la que nos hace acreedores a un tiempo admirado por todo el país.
Cuenca tiene dos momentos claves en su calendario: La Semana Santa como fiesta religiosa, patrimonial y universal; y San Mateo y las Vaquillas, su fiesta histórica, costumbrista y divertida. Ambas hacen de nuestra ciudad, ese icono de lugar hospitalario, generoso y único.
Por eso, este año, habrá actividades de recuerdo, exposiciones, homenajes, actos religiosos, protocolarios, reconocimientos y amplia cultura para fortalecer los espíritus y el próximo año 2022 volveremos a ser los de antes y San Mateo, seguro estoy, nos bendecirá de nuevo.