Miguel Romero

Miguel Romero


El Parador de Cuenca revivió tiempos del medievo

05/01/2022

Cuando el grupo de Recreación Conca salía a ambientar la Nochevieja en el Parador Nacional de Turismo de Cuenca, me venía a la memoria su origen, su evolución histórica y su valor patrimonial dentro del turismo hostelero.
No hay duda, que este grupo de hombres y mujeres, perfectamente ataviados a la usanza, saben hacer historia reviviendo sus pasajes con rigurosidad y buena ambientación, haciéndolo como en este caso, bajo un marco maravilloso de un antiguo convento dominico que ahora es espacio elegido por muchos visitantes de España y el mundo. Para eso y para otros muchos proyectos, su Director Juan Serrapio es experto y sabe bien cómo elegir y hacer crecer un Parador que es ejemplo a nivel nacional.
Convento fundado por la congregación de Dominicos, cuyo titular es San Pedro Apóstol, extramuros de la ciudad en su parte oriental y fundado también por el canónigo Juan del Pozo en 1523. En medio del crucero de su iglesia está el sepulcro con su esfinge en bajo relieve de piedra blanca, figurando en la orla la siguiente inscripción: Aquí está sepultado el indigno canónigo Juan del Pozo, primer fundador de esta iglesia y monasterio, pide y ruega por reverencia de Nuestro Señor Dios le apliquen haya misericordia de su ánima. Moriría el 3 de noviembre de 1539.
Los artífices de la iglesia y el convento fueron los hermanos Juan y Pedro Albiz. La madera utilizada para la edificación del convento e iglesia se cortó en el valle de Mirabueno y lomas del Cerro Socorro, hasta la Fuente del Canto. Por entonces, una Cruz amparaba la cima del cerro y a sus pies, el Molino de San Martín –llamado así por estar frente al barrio y puente de San Martín- y el Coso del Huécar daban vida a la parte que comunicaba la puerta de Valencia con el convento de Dominicos.
Su fachada de un gótico isabelino sería sustituida en el siglo XVIII en un estilo churrigueresco-rococó con dos cuerpos donde se pueden distinguir los símbolos de su fundador, entre ellos, el perro, símbolo de los dominicos. Fue desamortizado en el siglo XIX, como muchos de los edificios religiosos.
El 3 de julio de 1922, el obispo Cruz Laplana confirmó la cesión del convento a la comunidad de padres Paules, quienes dedicarían parte de su labor a personas necesitadas, a la vez que seminario de su congregación.
Monseñor José Guerra Campos, consiguiendo en noviembre del año 1989 que el Obispado cediera el inmueble al Estado, inaugurándose como Parador Nacional, el 1 de abril de 1993 con la presencia del Ministro de Industria don José Claudio Aranzadi y el diputado a Cortes por Cuenca, Virgilio Zapatero, siendo bendecido por el Obispo Guerra Campos.