Miguel Romero

Miguel Romero


San Andrés, Iglesia, museo y foro histórico

15/09/2021

En la iglesia de San Andrés Apóstol -la que describiera el obispo Juan Cabeza de Vaca como una de las catorce parroquias de la Cuenca cristiana medieval- una magnífica exposición abrió sus puertas el pasado lunes 13 de este mes. Y entre sus muros de este edificio mediano y desigual por su estructura, estrechando  en un diseño curioso y significativo en la parte de su Altar Mayor y con un portada de sillería que le da acceso, la Asociación Cultural de Recreacionismo Medieval Conca ha puesto en valor una magnífica muestra de vestimenta, enseres, armas, objetos, utensilios y todo tipo de elementos que nos rememoran la Edad Media en todo su contenido. No solamente el periodo cristiano de la Alta y Baja Edad Media, sino la España andalusí, o el periodo islámico que tanto determinó los caminos de la península ibérica.
La exposición, de alto contenido didáctico nos refleja y nos mimetiza en aquellos misteriosos e importantes tiempos para una Cuenca, ciudad fortificada, enracimada en sus rocas dolomías que reverdeció en tiempos de un Alfonso VIII, rey castellano, junto a una Leonor de Plantagenet, mujer que supo hacer cultural de una sobria Castilla, al iniciar el gótico catedralicio y la poesía trovadoresca cortesana. Un lujo para el conquense y para el visitante que quiera acercarse y revivir momentos intensos de aventura, realidad, historia y cultura.
Adentrándonos en esa misma plaza de igual nombre, donde el busto del gran Luis Marco Pérez invade su atmósfera, iglesia que fuera semanasantera en contenido y devoción, la misma que tiene entre el recoveco de sus callejas, la esencia de todo un pueblo y un barrio de solera. Sus dos columnas dóricas exentas que le dan el acceso y bajo un entablamento y ático de segundo cuerpo bien ordenado, mientras una torre posterior, escondida entre callejas, de alto cuerpo desde donde -cual minarete- se puede ver una parte de nuestra ciudad más sentida, al lado del Salvador, de las Benitas, del Pósito, de Santo Domingo, del Museo de Semana Santa, del Oratorio de San Felipe y tras la calle Madre de Dios, todo en todo, se abre al mundo de la historia esa extraordinaria exposición de profundo arraigo medieval.
Aquí, donde estuvieran en tiempos, las imágenes de Jesús Entrando en Jerusalén y la de Nuestra Señora de la Esperanza, la Hermandad de Nuestro Señor Jesucristo Resucitado y Nuestra Señora del Amparo, y ahora, dedicado a foro de cultura, con exposiciones, muestras, presentaciones, y otras actividades, la historia de Cuenca se ha dado cita y con mis palabras y la presencia del Alcalde de la ciudad, San Andrés se convirtió en Museo de Historia.
Una prueba más de que Cuenca intenta seguir en esa línea en la que cultura y progreso conjugan Tradición y Fiestas, por eso, al jolgorio y a la alegría deben acompañarle, la didáctica y el saber.