'Amigo en la adversidad, amigo de verdad', y es que está bien el amigo que paga una caña pero se agradece más el que descuelga el teléfono si vienen mal dadas. La amistad es tan abstracta como imprecisa y un amigo es tan tesoro como carga a veces, bien llevada si la amistad es verdadera. 'A buen amigo, buen abrigo', aunque no haga frío. 'No hay mejor espejo que el amigo viejo', porque siempre te devuelve el reflejo más fiel. Recuerdo en este punto la primera de las columnas que mi amigo Leo me dejó escribir en el hueco que, con mayor o menor torpeza, intento llenar cada viernes para que usted lo lea. En aquellas líneas prometí no volver a hablar de mí y no he dejado de incumplir la promesa semana a semana. Heme aquí.
Me educaron en la amistad, porque quienes me educaron así se empeñaron y por eso siguen siendo mis amigos, a pesar de las traiciones, que siempre han sido unidireccionales, de mí hacia ellos. Tenía yo, quizá cuatro años, cuando en el Bar Heidelberg del Paseo de la Estación tuvo lugar la primera de ellas hacia mi primer amigo, cuando respondí con un cabezazo a la pena que me impuso. No me justifico, pero fue en respuesta al castigo previo, que consistió en privarme de la partida imaginaria al videojuego de fútbol al que siempre jugábamos en el bar, él jugando y yo haciendo como que jugaba y creyéndome jugar.
Estas reflexiones sobre amistad y fútbol me llegan después de haber tenido la oportunidad de compartir partido y refresco con Fernando Núñez, el mecenas tranquilo, que por amor a Uclés ya es de Uclés aunque sea gallego, y así lo demuestra desde que asumió las llaves del Monasterio más emblemático de toda la Orden de Santiago. Basta echar un ojo a la programación para comprobar cómo la España que están vaciando se puede llenar de calidad artística y basta ver el éxito de los últimos cuatro años en Uclés con Fernando en la sombra para saber que se puede. Un éxito que se repetirá la próxima Semana de Pasión, con la representación artística del Oficio de Tinieblas a la luz de las velas el Sábado Santo; la Vigilia con su cena especial; y la noche de conciertos durante la madrugada del sábado al domingo, cuando se podrá igualmente resucitar con Bach, Beethoven y Brahms en el hilo musical de la mano del Cuarteto y Coro de la Camerata Antonio Soler.
Retomo antes de salir las reflexiones sobre la amistad. Y es que cualquiera tiene a mano oficializarse como amigo del Monasterio de Uclés por una propina al año, y le invito a hacerlo. Y a pocas semanas del aniversario de la revolución de la España Vaciada no se me ocurre mejor manera de mostrar apoyo que apostar por un proyecto cultural en el mundo rural. Empató el Madrid en un mal partido, pero Fernando se llevó dos amistades, la mía con él y la mía con el Monasterio, que está a 12 kilómetros de mi pueblo, ese donde mi padre estudió antes de castigarme sin partida.