Ahora sí, parece que ya lo acariciamos con la yema de los dedos. Durante los últimos años, su estructura ha crecido y se ha puesto 'guapa' hasta dejar entrever lo que ya es un edificio prácticamente terminado. El nuevo Hospital Universitario de Cuenca –y esa fue la noticia más importante de la semana pasada– ya tiene fecha de apertura. Si los pronósticos de José Luis Martínez Guijarro se cumplen, los conquenses tendremos dos motivos de alegría durante la primavera del año que viene. Y es que no solo tendremos a nuestros pasos en andas, listos y dispuestos para procesionar, sino que además disfrutaremos de una infraestructura sanitaria como Dios manda, nunca mejor dicho ante la referencia temporal dada.  

Si me lo permiten, son conceptos que hasta casan de forma insospechada. Sí, porque levantar el hospital supuso durante algunos años un peregrinaje en el desierto. Una Pasión, Muerte y Resurrección, si me apuran... Durante mucho tiempo, ya pretérito, aquello fue un Calvario de desilusiones y sueños rotos. Un servicio muy necesario para los conquenses y para el desarrollo de la ciudad y la provincia al que le tocó procesionar con una enorme cruz de tristes recortes, injustos vaivenes y decisiones incomprensibles. Al hospital, en algunos casos, también lo negaron tres veces antes de cantar el gallo. Por momentos, abandonado a su suerte cual Ecce-Homo, parecía que interesaba venderlo por 30 monedas de plata. Se lavaron las manos a pesar de la injusta sentencia. No sé si exagero, pero algunos incluso llegaron a crucificarlo antes de tiempo.

Pero al tercer día resucitó, y no sé si está sentado a la derecha del Padre, pero es probable que juzgue a vivos y muertos. Para bien y para mal. A los que no hicieron otra cosa que poner palos en la rueda y, también, a los que de verdad remaron para que el barco llegara a buen puerto. Lo que está claro es que, una vez en marcha, su reino no tendrá fin. El nuevo hospital contará con 16 quirófanos frente a los nueve actuales y un total de 3.000 metros cuadrados de superficie para el área quirúrgica, multiplicando por seis la actual del Hospital Virgen de la Luz. Además, incluirá nuevos servicios y prestaciones. Una mejora contundente y consistente de proporciones bíblicas. 

Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos quedarán saciados (Mateo 5, 6).