De un año perfecto, la única pena es no ver el estadio como lo vimos el pasado sábado. Ya sabemos que la gente cabe y ya sabemos ilusionarla más allá de abrir las puertas de La Fuensanta. Que esta temporada perfecta sea el preludio de una mejor. Y, por si la grada está llena y alguien se anima a cantar, sin querer ser yo el Jabois de la Balompédica ni pretender hacer de nuestro campo el Pizjuán cantando por El Arrebato, por aquí dejo esta tribuna como homenaje a nuestros soldados:
Me enganchas, me enamoras, me desgastas
Te doy mi corazón, desde la grada
Te canto cada día, te presto mi garganta
Los domingos de fútbol, en La Fuensanta
Yo fiel te fui a ver, donde tu hiciste historia
Yo canté cada gol de Javi Soria
Yo te busqué un lugar, en mi memoria
Soy blanquinegro casi desde que nací,
Cuenca fue blanca y negra en el 46;
Canté tus goles del este al oeste, y de norte a sur
Yo voy a La Fuensanta, allá dónde estés tú
Lloré contigo en el atraco de Madrid
Canté los goles del ascenso hasta morir
Te vi subir tras ganar al Linares y al Tarancón
Mi alma es blanquinegra, y mi corazón
Me enganchas, me enamoras, me desgastas
te apoyo en cada gol, cada jugada
Te apoyo en cada grito, cuando juegas en casa
Y que se oigan tus goles, desde Mangana
Canto cada gol, y canto cada hazaña
Te prestaré mi voz, y mi bufanda
Negro mi corazón, blanca mi alma
Soy blanquinegro casi desde que nací,
Cuenca fue blanca y negra en el 46;
Canté tus goles del este al oeste, y de norte a sur
Yo voy a La Fuensanta, allá dónde estés tú
Y solo espero que justo antes de morir
Si ya han echao' la llave al Virgen de la Luz
Si no oigo la grada pondré la radio, junto al balcón
Y que Manuel Noeda, me cante el gol
(Si ha llegado hasta aquí, haga ahora el lector un esfuerzo para leer de nuevo y entonar estos versos al son del Me llamas de Perales. Con su permiso, don José Luis).