La historia es la siguiente. El Club Tiro Arco Cuenca se ha visto, de la noche a la mañana, sin el espacio físico donde entrenaba todas las semanas, fundamentalmente de invierno. El recinto donde entrenaba era la antigua cochera del parque de bomberos de Cuenca, un recinto cedido por el Ayuntamiento al club en 2010, con la obligación de que realizara cualquier obra necesaria para su reparación o mantenimiento. Eso hizo el club, a costa de las cuotas de los socios y de las subvenciones, homologando la sala de tiro, acondicionamiento completo, aislamiento y señalizaciones. Todo iba normal hasta que, a mediados del pasado mes de diciembre, el Ayuntamiento comunica al club que debe abandonar inmediatamente el recinto, amenazando con denunciar o llamar a la policía si se seguía haciendo uso de la instalación. ¿Qué ha pasado para llegar a esta decisión por parte del Ayuntamiento?
En los últimos tiempos han surgido dos clubes más de tiro con arco en Cuenca, Flechas de Cuenca y Las Lomas, que también han solicitado la instalación al Ayuntamiento para entrenar. Hubo una propuesta de repartirse el espacio, pero los clubes no llegaron a un acuerdo porque el número de días, dos por semana para cada club, no tenía sentido a juicio del Club de Tiro Arco Cuenca, teniendo en cuenta que ese club tiene 46 licencias, 43 deportistas y tres técnicos, mientras que los otros dos en torno a cinco licencias cada uno. La propuesta de compartir la instalación, a juicio del presidente del club Arco Cuenca, no era equitativa porque un club con 43 deportistas no puede tener las mismas necesidades que uno con tres. Si un tirador necesita un mínimo de horas de entrenamientos, no es la misma necesidad de tiempo para un club que tiene 43 deportistas que para uno que tiene tres. Por eso, el Club de Tiro Arco Cuenca no aceptó esa propuesta, pero sí aceptaba el que se pudiera compartir la sala, dejando una calle disponible para los otros dos clubes.
¿Solución del Ayuntamiento de Cuenca? Como no se ponen de acuerdo los tres clubes en repartirse los horarios, lo mejor es cerrar la instalación y todos a la calle. Mientras tanto, todos los bajos del estadio La Fuensanta siguen vacíos y sin utilizarse desde que se construyó en 2011.
Lo cierto es que lo del Ayuntamiento de Cuenca con sus instalaciones deportivas es un caos desde hace tiempo. En estos momentos, por las obras previstas en la construcción de nuevos vestuarios en el Obispo Laplana, adjudicadas en el pasado mes de julio, antes de construir los nuevos, se han inhabilitado los tres que hay, obligando a que los jugadores y árbitros tengan que vestirse en el polideportivo Samuel Ferrer, atravesando calles con el riesgo físico que supone para los participantes en los partidos, sin olvidar la cantidad de clubes en categorías inferiores que utilizan este campo para entrenar durante la semana.