Esta semana la Educación con mayúsculas ha escrito una importante página en Cuenca. Las Jornadas nacionales sobre el Currículo en la nueva Ley Lomloe se han desarrollado con una afluencia masiva de docentes y personal vinculado a la educación de toda España, centrando su actividad en las instalaciones del Vicerrectorado de Cuenca de la Universidad de Castilla La Mancha.
Y es que en este lugar, Paraninfo al principio y aulas del edificio Melchor Cano de nuestra universidad regional, fueron la sede de actividades en Talleres y presentación de este nuevo modelo educativo adaptado a las exigencias de la nueva sociedad donde las competencias tienen mucho qué decir.
Y es que aquí, en esta zona geográfica de la ciudad, estuvo con anterioridad ubicado el Colegio Salesiano de Cuenca, donde multitud de conquenses, generaciones y generaciones de estudiantes tuvieron la oportunidad de conseguir el aprendizaje necesario para su formación académica.
Y antes, porque la historia no descansa, fue también sede del Convento de los Padres Mercedarios que en el siglo XVI vienen a ubicarse a nuestra ciudad, momento de eclosión religiosa en toda España.
Por tanto, Los Mercedarios Descalzos compartieron sus votos y su regla monástica en esta ladera, hasta su traslado al barrio céntrico del Alcázar, entre la plaza de Mangana y la Plaza Mayor, allá por el siglo XVIII, ocupando un solar palaciego donde un patio central y dos hermosas torres con chapitel en sus ángulos conformaron su estructura edificada, en lo que habían sido las Casas Nuevas del palacio de los marqueses de Cañete.
Esta orden conventual, nacida en el siglo XIII, siguiendo a San Pedro Nolasco y fundada en Barcelona en torno de la Virgen de la Merced, con la intención de redimir cautivos, volvería a renacer el 8 de mayo de 1603 con la idea de volver a la austeridad perdida. Cuenca, no podía quedarse al margen y esa razón le hizo que un convento de austeridad fuera fundado en esta ladera situada al lado del Cerro de la Majestad, entre el paraje de El Pozuelo y la Dehesa de Santiago y luego fuese a sentir el peso patrimonial de esa plaza, llamada de la Merced, donde ahora subsiste como sede de la Biblioteca del Seminario Conciliar de San Julián.
Lo dicho, la Educación española ha andado esta semana entre Paraninfo moderno, el recuerdo a los Salesianos y pisando la huella mercedaria,