Hace una semana, la Unión Balompédica Conquense celebraba de manera institucional su título de campeón y, lo más importante, su ascenso a Segunda RFEF. El equipo salía del Ayuntamiento con el recuerdo de las palabras del alcalde: «Estamos buscando una solución», referidas a no celebrar conciertos en La Fuensanta con la competición iniciada. Un día después, el Ayuntamiento hacía público que se celebrarían cuatro conciertos del 29 de agosto al 1 de septiembre. De la sensación de engaño que, las palabras del alcalde, dejó en el equipo, les remito a lo publicado en este mismo periódico, el pasado viernes, por Humberto del Horno en su columna Amor, fútbol y Spotify. Una columna genial. La Fuensanta es una instalación municipal, es notorio, y por lo tanto el Ayuntamiento puede usarla de la manera que crea conveniente, dicen los antibalompédicos que existen en esta ciudad, además de algunas voces desconocedoras del tema.
No sabemos muy bien a qué miembro de la Corporación se le ocurrió en 2021 proponer que los conciertos, habituales en la plaza de toros, se celebrasen en La Fuensanta, algo que no se ha explicado oficialmente. Lo cierto es que hubo seis conciertos, entre ellos los de José Luis Perales y Rozalén, y el escenario estuvo sobre el césped casi dos meses. Cuando se levantó el 30 de agosto, la imagen superaba a un barbecho o a unos surcos para sembrar patatas. Fue tal el destrozo que el Conquense no pudo jugar su primer partido en La Fuensanta hasta el 7 de noviembre, ante el Huracán de Balazote. Consiguió cambiar algunos partidos que tocaba de local y los que no, tuvo que jugar en el Cristina Martínez. En verano de 2022, hubo dos conciertos con menos tiempo de estancia del escenario. Los daños, que los hubo, fueron menores y, durante la liga, el terreno de juego, a veces, era un barrizal. El Conquense pudo jugar su primer partido en La Fuensanta el 18 de septiembre. El año pasado, hubo tres conciertos, el último de Pablo Alborán el 2 de septiembre. El primer encuentro en su casa lo jugó la Balompédica el 1 de octubre ante el Villacañas. Ante el Cazalegas jugó en el Cristina Martínez. El terreno de juego, afectado por el escenario, impidió que estuviera bien hasta hace un mes, cuando acababa la liga. A pesar de ello, el Conquense ha sido campeón.
Es decir, el primer problema son las fechas de los conciertos, justo cuando está la liga. Un mes antes, la empresa que lo cuida y que le cuesta al Ayuntamiento 6.000 euros al mes, podría subsanar las deficiencias, pero de un día para otro no. Además, ¿qué sentido tiene que el Ayuntamiento destroce una instalación y luego pague para que la arreglen? Esta temporada, la Segunda RFEF, una categoría nacional, tiene previsto empezar el 1 de septiembre. Si el Cristina Martínez no está autorizado para esta categoría, ¿dónde jugará el Conquense?