Miguel Romero

Miguel Romero


La Capilla Honda y la Candelaria

09/02/2022

El alcalde de Cuenca, Darío Dolz, ha asistido la mañana del día 2 a la misa que se ha celebrado en la Capilla Honda de la Catedral, cumpliendo con el voto en la festividad de la Candelaria que conmemora la Presentación del Señor en el templo tras su nacimiento. Se trata de uno de los cuatro votos que tiene el Ayuntamiento con la Catedral, siendo los restantes Santa Ana, la Virgen de las Nieves y San Mateo. 
Igualmente, el concejal de Servicios Públicos, Obras, Medio Ambiente y Movilidad, Adrián Martínez, asistió a la misa del Servicio Municipal Eléctrico celebrada en la Iglesia de la Virgen de la Luz. Cabe recordar que la Candelaria es además patrona del Servicio Municipal de Aguas. 
Inicialmente la fiesta de la Candelaria o de la Luz tuvo su origen en el Oriente con el nombre del Encuentro, posteriormente se extendió al Occidente en el siglo VI, llegando a celebrarse en Roma con un carácter penitencial.? En Jerusalén se celebraba con una procesión con velas encendidas hasta la Basílica de la Resurrección (Santo Sepulcro), la cual había sido mandada construir por órdenes del Emperador Constantino. Aunque según otros investigadores, esta fiesta tuvo su origen en la antigua Roma donde la procesión de las candelas formaba parte de la fiesta de las Lupercales.
La Catedral volvió a acoger este voto y lo hizo en una de sus más carismáticas Capillas, en este caso, la llamada Capilla Honda, lugar donde ahora se realiza la misa diaria, mientras el Cabildo catedralicio delibera en sus reuniones habituales.
Según la Guía de César González Ruano, editada en el 1956, esta Capilla estuvo consagrada en otro tiempo a la Virgen de las Batallas, la misma que Alfonso VIII portaba en la grupa de su caballo, según la tradición, y que pasase a llamarse Virgen del Sagrario. Sobre el techo y después de elevarse el suelo de la misma, unos seis metros, ha quedado sobrecargando el ambiente su maravilloso artesonado mudéjar, con rosetones de amplio relieve. Una puerta da acceso a la Sacristía de los canónigos y el altar con retablo barroco dorado y tablas del XVI, acogen el Sagrario, mientras los bancos de madera enfrentados en coro menor, cumplen su cometido para la asistencia de canónigos y fieles en general.
Desde la doble Girola, en su calle posterior se desciende por unos escalones y una puerta con arco de medio punto, flanqueada a cada lado, por las capillas de Santa Elena y del Socorro. Una reja del XVI, repujada y pintada le da acceso. Dentro, los tres retablos y algunos lienzos del XVII y XVIII conforman uno de los rincones más llamativos de esta Catedral conquense. Su artesonado descansa sobre un ancho entablamento ricamente decorado entre dos cornisas con canecillos o medallones en los que se representan cabezas monstruosas.
Tanto el friso entre las dos cornisas como bajo la inferior de ellas se adornan con animales fantásticos, floreros, máscaras, etc. Un lugar digno de visita.