Hace una semana nos despertábamos con la noticia del fallecimiento de Nieves Mercadillo Molina (El Pedernoso, 1938), persona ligada al fútbol conquense, en primer lugar, y al fútbol castellano-manchego, en segundo. No puedo ocultar que más de una lágrima han corrido por mis mejillas por este adiós, para mí algo inesperado, de una persona entregada a su familia y a sus compromisos futbolísticos. Nieves era uno de esos amigos que te enseñan lo que es la responsabilidad en el trabajo, sin dejar de ser amable y empático con todo lo que le rodeaba. Recuerdo perfectamente a un Nieves Mercadillo que, además de su trabajo como funcionario, se convirtió en el delegado provincial de fútbol de la entonces Federación Castellana a la que Cuenca, Toledo, Ciudad Real y Guadalajara, pertenecían, además de Madrid, Ávila y Segovia, antes de que las autonomías obligaran a que cada comunidad autónoma tuviera su propia federación.
Cuando en 1982 se aprueba el estatuto de la Comunidad Autónoma de Castilla-La Mancha, llegó el turno de crear la federación de fútbol de la nueva región en la que se incluía a Albacete, hasta entonces en la Federación de Murcia, y se descartaban a Madrid, Ávila y Segovia. Había que empezar de cero y, en 1985, Nieves Mercadillo fue el primer presidente de esta nueva federación, llamada Federación Castellano-Manchega de Fútbol, hoy Federación de Fútbol de Castilla-La Mancha. Durante un año, Nieves y sus pocos funcionarios ocuparon un pequeño espacio en el llamado coloquialmente edificio de Falange, hoy Delegación de Bienestar Social de la Junta de Comunidades.
Espacio pequeño, pocos funcionarios, pero así empezó a construir Nieves Mercadillo la nueva federación del fútbol regional, un hecho tan inédito como difícil dando sus primeros pasos competitivos como nueva federación en 1986, ocupando el piso de Radio Nacional de España en la calle Sánchez Vera, cuando RNE se marchó a su nuevo y flamante edificio como centro regional, que hoy comparte con CMM. Tras el nacimiento, había que consolidar al recién nacido. Todo era nuevo, los comités de entrenadores, de árbitros, disciplinarios… Nieves Mercadillo, y su equipo, lo estaban consiguiendo y surgió la primera gran idea, había que construir una sede nueva de la federación. El Ayuntamiento de Cuenca ayudó en los terrenos y ahí tenemos el resultado, un edificio acristalado, moderno y que es una sede ejemplar, inaugurada por el presidente regional José Bono en 1995.
Nieves Mercadillo dejó la presidencia en 1997 en manos de Antonio Escribano, tras 12 años al frente de la misma. Podía haber seguido, pero entendió que su trabajo había finalizado y que la presidencia quedaba en buenas manos. Hoy, la Federación de Fútbol de Castilla-La Mancha es la más importante de nuestra región, es ambiciosa y emergente en lo deportivo y goza de buena salud. Pero no hay que olvidar que todo empezó con el trabajo, desde cero, de Nieves Mercadillo y su equipo.