Leo Cortijo

Leo Cortijo


Atractivamente visitable y habitable

15/07/2024

Cuando en noviembre de 2022 se anunció que Cuenca sería la Capital Española de la Gastronomía, muchos no imaginaban el rédito que esa designación podría suponer para la ciudad. De entrada, por estos lares tenemos una idiosincrasia propia que nos lleva a recelar de aquello que nos es nuevo, nos viene dado y sacude nuestro statu quo natural. Sin ni siquiera esperar a ver cómo podría ejecutarse tal título o qué proyectos podrían desarrollarse al calor de los fogones de la capitalidad, no fueron ni uno ni dos los que intentaron tirar por tierra cualquier tipo de iniciativa. De nuevo, ese tristemente famoso gen del «esto no vale para nada». La venda antes de la herida.

Por suerte, algunos –los más– sí creyeron y a pesar de los pesares en forma de año electoral, cambios orgánicos en el Ayuntamiento y el no desarrollo de algunos apartados del proyecto que se dibujó de forma primigenia, la capitalidad gastronómica salió adelante. Cada uno es muy libre de analizar y enjuiciar si a lo largo de 2023 se hizo mucho o poco en relación a esta designación; si se aprovechó o exprimió a la altura de las circunstancias. Personalmente, creo que la campaña de publicidad que se llevó a cabo, por ejemplo, en Madrid, con anuncios gigantescos en plena Gran Vía o Callao, con las Casas Colgadas o la Catedral 'saliendo' de un plato de comida, ya mereció la pena. No, al final, no batimos el récord de la torta de alajú más grande del mundo, tal y como estaba previsto, pero sí hubo una promoción ante públicos estratégicos que nos vino como anillo al dedo.

De hecho, es a esos 'frutos' a los que quiero ir a parar. Las frías cifras de visitantes –los números puros y duros– demostraron que hubo un impulso en 2023 en este capítulo. Las sensaciones todavía fueron mejores, pues a lo largo del año predominó la imagen de terrazas llenas y restaurantes en los que resultaba imposible comer sin reserva previa. Y lo mejor de todo es que esas buenas sensaciones están teniendo su eco (sí, presente continuo) durante este año, en el que ya no ostentamos el título como tal. El Casco Antiguo es un hervidero entre el viernes y el domingo... y ya no hace falta que sea puente en Madrid o Valencia o un festivo nacional. Ahora, ese 'tirón' es todos los fines de semana. El reto está en que seamos capaces de deslocalizar la oferta al resto de días de la semana (algo se está empezando a conseguir) y en que no solo se visite el Casco. Para eso hay que materializar el famoso proyecto del centro y que esta zona sea atractivamente visitable y habitable. Las dos cosas.