Beatriz Domínguez

+Salud

Beatriz Domínguez


Olfato y Parkinson

07/04/2025

Con motivo del Día Mundial del Parkinson, que se celebra el 11 de abril, quiero hablar de un síntoma que anticipa esta enfermedad: la pérdida de olfato. Pero, ¿qué tiene que ver perder el olfato con un trastorno neurodegenerativo como el Parkinson? Mucho más de lo que imaginamos. Cuando una persona empieza a perder el olfato de forma progresiva, sin congestión nasal, sin infección aguda, sin causa aparente… es momento de observar más allá de lo evidente. 

En el caso del Parkinson, la pérdida del olfato (se llama anosmia o hiposmia) puede aparecer años antes de que surjan los síntomas motores típicos, como el temblor, la rigidez o la lentitud en los movimientos. ¿Por qué ocurre esto? Vamos a la fisiología: el bulbo olfatorio está conectado con regiones cerebrales profundas, entre ellas la sustancia negra, clave para la producción de dopamina y el control del movimiento.

En el Parkinson, ocurre una acumulación patológica de proteínas, en especial una llamada alfa-sinucleína. Estas proteínas se agrupan formando los llamados cuerpos de Lewy, que deterioran las neuronas.

Lo alarmante es que los primeros lugares donde se han encontrado estas acumulaciones de alfa-sinucleína son el bulbo y el nervio olfatorio. Eso quiere decir que antes que aparezca el temblor, ya hay un daño silencioso en la vía olfatoria. De hecho, hay estudios que muestran que hasta el 90% de los pacientes con Parkinson presentan disfunción olfatoria años antes del diagnóstico.

El olfato es más que percepción de olores; influye en la regulación emocional, la conexión con el entorno, la activación del sistema límbico. Y cuando se deteriora, también se alteran el apetito, el descanso, el estado anímico, la motivación. Todo eso ya es Parkinson en forma sutil.

Por tanto, la pérdida del olfato sin causa aparente, especialmente en mayores de 50 años, no es un detalle sin importancia, es un mensaje que el sistema nervioso está enviando. Es un síntoma temprano, silencioso y poderoso.

ARCHIVADO EN: Parkinson, Enfermedades