En una semana saldremos de dudas. En concreto, a las dos de la tarde del próximo lunes 24. Esa es la hora 'H' y el día 'D'. No creo que llegue a ser tan compleja como la Operación Overlord en la costa de Normandía, pero el asunto de la Banda de Música ha acumulado ya unos cuantos giros dramáticos, más que el hecho bélico que tantas veces se llevó a la gran pantalla. Si Spielberg conociera lo que se está 'cociendo' en Cuenca a cuenta de la banda, desechaba de un plumazo el guión de Salvar al soldado Ryan, y se centraba en el meollo musical conquense... Después de idas y venidas, reuniones, asambleas, votaciones, dimes y diretes, la Asociación Musical Virgen de la Luz, la que ha prestado este servicio durante toda la vida, tiene algo que decir.

Ahora mismo hay abierto un proceso de urgencia por parte del Ayuntamiento, en el que se han mejorado la condiciones a razón de casi 255.000 euros anuales, y menos eventos, 34. Y todo después de que el primer proceso quedara desierto tras el amago de participación de un licitador con aires levantinos, que dio un paso atrás por coherencia. Hasta ahora –todo hay que decirlo–, de lo más lógico que hemos vivido en este cervantino sainete. Lo que vaya a hacer el mencionado colectivo musical conquense es un misterio en este momento. La Tribuna ya contó que en su última asamblea, sus miembros se dividieron en dos bloques prácticamente calcados para votar 'no' a la licitación (27 a 24). Pero este mismo diario volvió a publicar, horas después, que habían fijado una nueva reunión para esta semana –en unas horas, mejor dicho–, para volver a debatir el asunto. Así que ese 'no' puede acabar siendo un 'sí', o un 'ya veremos', o un 'Dios dirá'...

Los conquenses quieren que su banda siga siendo su banda, sin más, y no la que venga de más allá. Y que ésta toque San Juan en las curvas de la Audiencia, pasodobles bajo los arcos mateos o 'endulce' las cabalgatas de San Julián o Reyes. La madre del cordero ahora es quién tiene la pelota en su tejado y a quién le toca mover ficha. El Ayuntamiento, después de encontrarse la 'patata caliente' sin esperarlo y por acción de otro, tuvo que pasar a la acción. Seguramente más lento de lo debido, pero lo hizo, y despejó el esférico hacia otra dirección. No hace falta ser un lince para saber dónde se encuentra la pelota en este instante y a quién le toca reaccionar. Todavía hay margen. Siete días. Por Cuenca y los conquenses.